Se espera que las fuerzas iraquíes tengan que hacer frente a una resistencia mucho más dura por parte de Daesh en la siguiente fase de la batalla por Mosul, incluyendo minas y trampas que pueden hacer explotar barrios enteros, advirtió el domingo el más alto funcionario de seguridad kurdo.
Masrour Barzani, jefe del Consejo de Seguridad del Gobierno Regional del Kurdistán iraquí, cree que incluso si Daesh es expulsado de su principal bastión, Mosul, eso no será suficiente para eliminar al grupo, y puede que su ideología radical sobreviva.
"La lucha contra Daesh va a ser larga", cuenta Barzani a Reuters en una entrevista. "No se trata sólo de vencerles militarmente sino también económica e ideológicamente".
Barzani recordó que las fuerzas iraquíes han hecho un rápido progreso para expulsar a los combatientes de Daesh del este de Mosul, después de que unidades de peshmerga kurdos rompieran sus primeras líneas de defensa.
"A medida que se van sintiendo más desesperados, las expectativas son que podrían luchar con más ferocidad según se vayan sintiendo acorralados por las tropas iraquíes", dijo Barzani.
Hasta ahora, cuando se cumple la tercera semana desde el inicio de la operación, Daesh ha lanzado aviones no tripulados a los que han adherido explosivos, proyectiles de artillería de largo alcance llenos de cloro y gas mostaza y dispone de francotiradores altamente efectivos, dijo Barzani. Las fuerzas kurdas, por su parte, han destruido más de 50 coches bomba.
El líder kurdo advirtió de que la del oeste de Mosul será una campaña más compleja, con un gran número de calles estrechas en las que no pueden entrar grandes vehículos militares, y que albergan a un enemigo que luchará hasta la muerte para defender la capital de su autoproclamado Califato.
Hay muchos tipos de IED diferentes (dispositivos explosivos improvisados) que los yihadistas colocan en diferentes lugares, ellos tiene muchas tácticas. Muchos de estos explosivos forman parte de redes (...) de forma que si una casa en la que han escondido un IED es atacada y explota, todo el barrio explotará
La campaña de Mosul es la batalla sobre el terreno más intensa desde que las tropas invasoras estadounidenses derrocaran a Sadam Hussein en el año 2003.
Los líderes iraquíes están también bajo la presión de asegurar que esta ofensiva no encienda las tensiones sectarias en un Mosul que es predominantemente sunní, así como en todo el país.
Este es el motivo por el que las milicias chiíes y las fuerzas kurdas peshmerga no están combatiendo dentro de la ciudad de Mosul, si bien algunos de los soldados iraquíes que están participando en la batalla han lucido banderas y simbología chií en sus vehículos, algo que ha enfadado a los residentes sunníes de la ciudad.
Barzani ha hecho un llamamiento a las comunidades que forman el rico y complejo mosaico étnico y religioso que es Irak para que dejen de lado sus diferencias y no pongan en riesgo la estabilidad a largo plazo del mayor productor petrolero de la zona.
Cuando Daesh, de tendencia extremista sunní, ocupó Mosul en el año 2014, algunos miembros de esta comunidad apoyaron al grupo radical, al que consideraban preferible que al gobierno central iraquí, de mayoría chií, al que acusaban de practicar políticas discriminatorias contra los sunníes, una acusación que el gobierno rechaza de plano.
"Es igual de importante ganar la guerra como asegurar la paz después de ésta", opina Barzani.
"El punto número uno para prevenir el ascenso del terrorismo y de las organizaciones radicales es asegurarnos de que se produzca una reconciliación social y un acuerdo político entre todos los sectores del país que garantice que nadie se sienta excluido"
Las fuerzas antiterroristas y las agencias de inteligencia del Gobierno Regional del Kurdistán (GRK) mantienen informado a Barzani, de 47 años, e hijo del veterano líder kurdo y presidente del GRK, Masoud Barzouni. Cuando aún era un adolescente, Masrour se unió a los Peshmerga, que estaban luchando contra Saddam Hussein en ese momento.
Unos 35.000 yihadistas de Daesh han sido asesinados dentro de Irak, pero todavía hay decenas de miles de ellos alzados en armas contra el ejército iraquí y los peshmerga kurdos, dijo Barzani.
"Todos los días, cada semana, cada mes, tratan de reclutar a gente nueva, nuevos combatientes se están uniendo al Daesh", dijo, aunque agregó que este fenómeno ha disminuido recientemente.
Cientos de militantes de Daesh han sido apresados mientras trataban de escapar camuflándose entre los iraquíes desplazados desde que comenzó la campaña de Mosul el 17 de octubre, señaló Barzani.
El grupo terrorista más temido y violento del mundo ha tratado de despertar a sus células durmientes en Erbil, la capital de la región autónoma kurda, y en otros lugares, para tratar de desviar la atención de la campaña de Mosul.
"Hemos desarticulado varias células durmientes, o personas disfrazadas de desplazados internos. Cientos de ellos en realidad ", dijo Barzani.
Los militantes de Daesh, que han estado luchando contra las fuerzas regulares de Irak, son en su mayoría iraquíes, pero también hay un número significativo de combatientes extranjeros venidos de otras partes de Oriente Medio, Europa, Asia y África, recordó Barzani.
"Creemos que Daesh es el subproducto, el resultado de un fracaso político, del sistema político que fracasó en este país", señaló el líder kurdo.