“La gente no asocia Libia con creatividad,” dice Nessrin Gebreel, cofundadora de Noon Arts. A muchos se les podría perdonar el estar de acuerdo con ella, pero después de la revolución que en 2011 puso fin a los 42 años de dictadura de Muammar Gaddafi, Libia ha experimentado una enorme explosión de expresiones artísticas.
Hace tres años, Nessrin fue testigo no solamente de una revolución política, sino también cultural: “Los libios no se limitaron a luchar a través de las armas y a arriesgar sus vidas, también se expresaron a través del arte. Con una libertad personal recién encontrada, el graffiti callejero, la pintura y la música revoluciaria, todo ello experimentó un estallido”.
Najlaa El-Ageli es arquitecta de formación y socia fundadora de Noon Arts. “Bajo Gaddafi todo estaba bajo control,” explica. “El arte había sido usurpado como medio de propaganda, y en la práctica nada de ello viajaba al extranjero. Ahora hay una nueva sensación de libertad y esperanza”.
Este par de mujeres formidables, ambas con historiales creativos y una fuerte pasión por las artes, se encontraron para fundar Noon Arts en 2012. Su deseo, asegurar a los artistas libios una muy necesaria plataforma internacional desde la que presentar al mundo su trabajo.
Cuando paseaba por una feria de arte en el centro de Trípoli, Najlaa se quedó impresionada por las hermosas obras que encontró, decidiendo “que ya era hora de que el mundo supiera de nosotros”. Desde su fundación poco después de la revolución, Noon Arts ha ido de éxito en éxito. La primera gran exposición tuvo lugar en Londres en el Centro Árabe Británico, en Noviembre de 2012. “No sabíamos qué esperar de Londres,” explica Najlaa. “No podíamos creernos el resultado y el interés suscitado, no sólo por parte de los expatriados libios en el Reino Unido, sino también por parte de la escena artística londinense”.
Poco después siguió una exposición en Malta; bajo el nombre de “Un Lamma libio”, fue igualmente aclamada por la crítica. “Creo que la gente quedó sorprendida por la calidad del talento,” señala Nessrin. “Fuimos bien recibidos en Malta y esperamos volver en el futuro para contribuir al proyecto de Ciudad Europea de la Cultura 2018 que se celebra allí”.
Aunque Noon Arts se centra en obtener reconocimiento para los artistas libios en la escena internacional, también se implica con entusiasmo en la panorama artístico local, y ha emprendido una serie de proyectos en este sentido. Estos incluyen colaboraciones con jóvenes arquitectos libios en un proyecto de diseño de edificios, también la curación de la exposición “Crisol” en Diciembre de 2013, que reflexionaba y desafiaba el concepto de ciudad, en este caso Trípoli. Noon Arts también fue el responsible de la tremendamente popular exposición “Cháchara olvidada”, en Junio de 2013. “Queríamos mostrar que los libios hablan también otro lenguaje, no sólo el de la violencia y la guerra,” explica Najlaa. Noon Arts también se implicó en las contribuciones con obras de artistas libios en memoria del embajador americano Chris Stevens, que perdió la vida en Benghazi en 2012.
Los artistas libios seleccionados por Noon proceden de una diversidad de trasfondos y edades -jóvenes y viejos, emergentes y establecidos-. Tal y como comenta Najlaa, la balanza entre hombres y mujeres está bastante equilibrada. “Desde mi punto de vista las artistas femeninas asumen riesgos, se aproximan a temas más complejos de forma sutil”.
Las exposiciones curadas por Noon han mantenido estándares extremadamente altos, incluyendo siempre exhibiciones multimedia con pintura, escultura, textil, instalaciones y fotografía. “Seleccionamos artistas basándonos en la calidad de sus obras y en que estén preparados a trabajar duro. Estamos bebiendo de una honda fuente de talento local, cuya labor apenas ha sido mostrada, y nunca hasta ahora había sido reconocida con propiedad,” explica Nessrin.
Con todo este éxito bajo el brazo, Noon Arts no baja el ritmo, a pesar de la ocupada vida laboral y familiar de sus impulsoras. Najlaa y Nessrin ya están planeando nuevas exposiciones en Ámsterdam, en Alemania y en los Emiratos Árabes. También esperan trabajar con el londinense Museo Imperial de la Guerra. “Queremos que nuestros artistas superen más límites; no queremos que la revolución sea el único tema. Queremos alcanzar a un público más amplio dentro de Libia, no sólo Trípoli sino también Benghazi y Misrata”.
Según Nessrin, existe un interés genuino en el arte libio, en parte también por su escasez. “Asimismo se debe a que los mecanimos previos para mostrar el trabajo artístico fueran tan poco sofisticados,” añade. Ante la pregunta que de dónde sacan tiempo para tantos logros, Nessrin sonríe: “Somos mujeres, ¡hacemos varias tarea a la vez! Noon es para las dos una pasión. Vemos lo animados y orgullosos que están los artistas en las exposiciones, y eso siempre nos da un impulso”.
Ambas insisten en que, como mujeres trabajando en el desarrollo de Noon Arts, en Libia no se han encontrado con ningún tipo de obstáculos; de hecho han quedado agradablemente sorprendidas por el apoyo y la interacción que han recibido desde el público libio. Igualmente, piden a los artistas que no prejuzgen a la audiencia libia. “Somos una nación con un tejido social diverso, y eso queda reflejado en las obras presentadas,” dice Najlaa.
Noon Arts ha destacado el perfil de los pujantes artistas libios y ha llevado al arte libio por todo el mundo. “Antes de la revolución, sólo existía la voz de un sólo hombre, ahora hay 6 millones de voces y cada uno quiere expresarse sobre su propio lienzo”. Es hora de tomar nota de la revolución artística que se desarrolla en Libia; y Noon Arts está desempeñando un papel fundamental de cara a subir el listón y crear los tan necesarios conductos para presentar al mundo el trabajo artístico libio.
La autora británico-sudanesa es abogada periodista freelance. Ha residido en Trípoli (Libia) desde Octubre de 2012. Síguela en su Twitter