ACNUR manifestó el sábado que está experimentando dificultades para proporcionar servicios esenciales a los más de 10.000 inmigrantes que se encuentran en la frontera griega con Macedonia.
En declaraciones a la agencia Anadolu desde la localidad griega de Idomeni, Babar Baloch, portavoz de la agencia de refugiados de la ONU, dijo que los campos de refugiados en la frontera tienen capacidad para 1.600 personas, pero que esta cifra ha sido sobrepasada con creces.
“Hay más de 10.000 personas aquí, incluyendo mujeres y niños, y esperamos a muchos más. Estamos teniendo dificultades para proporcionar alimentos y atención médica,” dijo Baloch.
Añadió que la mayoría de los refugiados proceden de Irak y de Siria y han empleado todos sus recursos en el viaje, por lo que ahora se enfrentan a un punto muerto inesperado.
Un refugiado sirio llamado Abdulmecid dijo que había estado esperando en el campo para cruzar la frontera durante 19 días.
“Tuvimos que obtener nuestra propia tienda de campaña. Hay largas colas para la atención médica y la comida. Quien no puede acceder a estos recursos tiene que buscarse la vida,” explicó.
Las autoridades griegas están sometidas a presión para prepararse para un aumento del número de refugiados que se quedan en Grecia durante periodos más largos, en tanto que los países a lo largo de la ruta de los Balcanes están endureciendo los controles fronterizos.
El número de inmigrantes aprisionado a lo largo de la frontera griega con Macedonia ha crecido después de que los países balcánicos hicieran entrar en vigor nuevas regulaciones que limitan la admisión de inmigrantes a 500 por día.
La restricción de las regulaciones condujo a un abrupto aumento del número de refugiados en Grecia, que ahora asciende a más de 22.000.
El ministro de inmigración Giannis Mouzalas ha dicho que para el próximo mes, en el que está previsto que el tiempo en el Egeo mejore, Grecia espera la llegada de otros 70.000 refugiados.
En las últimas semanas, Austria ha impuesto estrictos límites al flujo de inmigrantes, causando un efecto dominó a lo largo de los Balcanes y granjeándose la crítica de otros estados miembros de la UE y de las organizaciones vinculadas a los refugiados.
Atenas ha amenazado con bloquear las decisiones en la cumbre entre la EU y Turquía que se celebra el lunes, a no ser que la UE fuerce a sus miembros ha aceptar el cupo de refugiados que les corresponde.
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