Los seguidores del prominente clérigo chií iraquí Muqtada Al-Sadr asaltaron el sábado la Zona Verde de Bagdad antes de abrirse camino por la fuerza hasta el edificio del Parlamento, donde rompieron ventanas y destrozaron muebles.
Los manifestantes pro-Sadr lograron superar las barreras que protegen la fortificada Zona Verde, que alberga una serie de instituciones de importancia vital del estado iraquí, así como las misiones diplomáticas extranjeras.
El ejército iraquí ha respondido declarando el estado de alerta máxima en la capital y sellando todas las entradas a la ciudad.
En una rueda de prensa en la ciudad de Najaf, a unos 160 kilómetros al sur de Bagdad, Al-Sadr expresó su rechazo a lo que describió como “un sistema político que no toma en cuenta la voluntad popular”.
También anunció la suspensión de la actividad de su bloque político, “Ahrar”, que cuenta con 34 escaños en el parlamento, asegurando que los diputados de Ahrar no participarían en las próximas sesiones parlamentarias.
Los cargos políticos corruptos, según declaró, “siguen impidiendo la reforma del gobierno iraquí. Los ministros del gabinete (…) no nos representan, sino que representan al gobierno”.
Al-Sadr añadió: “Hay una gran presión de ciertas fuerzas sectarias sobre [el primer ministro Haidar] Al-Abadi. Queremos librarnos de ellas [de las fuerzas sectarias] y darle la palabra final a la gente”.
Entretanto, en un comunicado oficial el mismo sábado, Al-Abadi dijo: “Bagdad está bajo el control de las fuerzas de seguridad”.
Advirtió a los manifestantes en contra del asalto de propiedades públicas.
El presidente iraquí Fuad Masum instó a los manifestantes a mantener la calma, a respetar las leyes del país, a no dañar a ningún diputado y a abandonar el edificio.
Masum también instó al primer ministro, a los líderes de los grupos políticos y al portavoz del parlamento a hacer las reformas necesarias con respecto a los ministerios, a implementar las reformas administrativas y a luchar contra la corrupción.
El portavoz del parlamento iraquí Salim Al-Jubouri también hizo un llamamiento a Al-Sadr a refrenar a sus seguidores.
“No dudaremos en tomar las decisiones adecuadas con nuestros socios para recuperar a nuestro país del caos,” dijo Al-Jubouri, añadiendo que “Daesh está esperando a que seamos vulnerables en materia de seguridad y no deberíamos permitirlo”.
El viceportavoz del parlamento Aram Sheikh Mohammed, que había quedado atrapado dentro del edificio cuando los manifestantes lo asaltaron, fue liberado.
En un comunicado, Mohammed dijo que había estado atrapado durante seis horas y añadió que aún había otros diputados kurdos que permanecían dentro del edificio.
Entretanto, una sesión del Parlamento prevista para votar a los candidatos de la reforma prevista para el gabinete fue pospuesto hasta el 10 de mayo, ya que no existía el cuórum de diputados suficiente.
En los últimos meses, los seguidores de Al-Sadr han organizado varias manifestaciones masivas cerca de la Zona Verde para presionar con respecto a sus exigencias de una reforma radical del gobierno.
El mes pasado, los seguidores del incendiario clérigo chií rodearon varios ministerios en Bagdad para exigir el cumplimiento de sus demandas.
Irak se ha visto envuelto en una crisis política que se agrava desde marzo, cuando los leales a Al-Sadr comenzaron a organizar protestas en la capital para presionar con el fin de que Al-Abadi nombre un gobierno de “tecnócratas” que no esté marcado por la corrupción o por las afiliaciones sectarias.
La crisis se intensificó este mismo mes, cuando algunos diputados impidieron a Al-Jabouri presidir una sesión del pleno, acusándole de no haber convocado al primer ministro para responder ante las acusaciones de corrupción.
Irak se encuentra en el puesto 161 de la lista de 168 países del “Índice de percepción de corrupción” de Transparencia Internacional.