En los medios que tratan las relaciones diplomáticas entre Israel y Alemania han aparecido informaciones aparentemente contradictorias. De forma conveniente para Israel, el momento en el que han surgido dichas informaciones llega cuando quedan apenas unas semanas para la conmemoración palestina de la Nakba de 1948 (la Catástrofe), lo que proporciona espacio para la ecuación habitual de memoria histórica selectiva, dictada tanto por el estado colonizador como por la comunidad internacional.
A finales de abril, Der Spiegel publicó un reportaje que discutía la existencia de tensiones entre Alemania e Israel. Citando a varias figuras políticas y a analistas alemanes, el artículo subrayaba la “preocupación” de Alemania ante las políticas coloniales insostenibles promovidas por el primer ministro israelí Binyamin Netanyahu. “Entiendo el motivo de que el presidente [Mahmud] Abbas siempre acude al Consejo de Seguridad,” habría dicho la canciller Angela Merkel según el reportaje. Está declaración está vinculada a la agenda expansionista israelí, que, de acuerdo con Alemania, constituye el principal impedimento para la solución de los dos estados. Según Der Spiegel, el Ministerio de Exteriores alemán se está centrando en “posibles alternativas para la fundación de un estado palestino”, vista la negativa del gobierno israelí a detener su expansión colonial.
El 1 de mayo, el Times of Israel publicó una pieza en la que un alto funcionario anónimo de Berlín negaba que se hubiera producido un cambio en el apoyo de Alemania a Israel. En referencia al artículo de Der Spiegel, la fuente afirmaba que “las líneas maestras de la política alemana en relación a Oriente medio no han cambiado”. Según la misma fuente, el objetivo del artículo constituía “probablemente un intento alemán de vapulear a Merkel por su relación de cercanía con Netanyahu”.
Entretanto, el portal YNet aprovechaba la oportunidad para profundizar en el tema de la cooperación militar entre Israel y Alemania, recordando la histórica relación en materia de seguridad desde la década de los 50, y su evolución hasta la actualidad. Fue lo suficientemente cuidadoso como para evitar mencionar cualquier complicidad de Alemania en el suministro de equipamiento militar a Israel durante la Operación Margen Protector en verano de 2014.
En una visita del inspector de la fuerza aérea alemana a Israel a mediados de abril, la conmemoración del Holocausto y las loas a la cooperación en materia militar y de seguridad entre Israel y Alemania sentaron la base de una retórica oficial sobre “avanzar unidos hacia nuevos horizontes “; de esto informó la web de la Fuerza Aérea Israelí (IAF). El comandante de la IAF, el teniente general Amir Eshel, fue recibido con honores en la embajada alemana en Israel por el embajador el Dr. Clemens von Goetze. Durante la ceremonia, Eshel afirmó: “El pasado de las naciones se vuelve presente de forma tangible en la cooperación entre las fuerzas armadas y el pueblo. No olvidaremos el Holocausto, y miraremos juntos hacia un futuro mejor. El apoyo alemán a Israel refuerza nuestra seguridad”.
Entretanto, los comentarios de Merkel con respecto a los esfuerzos de Abbas en el Consejo de Seguridad de la ONU suponen la única evidencia que se puede restar al conjunto de informaciones que apuntan a una continuidad del interés de Alemania por la expansión de la colonización de Palestina, impliquen o no tales propósitos el fingir una falsa simpatía por Abbas o el cooperar con Israel en coordinación en materia militar y de seguridad. La cuestión no está en la solución de los dos estados o en una alternativa igualmente distorsionada que no incluya la descolonización, sino más bien en cómo en base a unas relaciones manipulativas se está manteniendo la retórica de la conspiración de los dos estados cuando la primera parte del término –“dos”- ha sido hecho obsoleto. La conspiración, sin embargo, permanece intacta, y de aquí que la posibilidad de malversar la memoria, las tierras y las vidas palestinas se continúe presentando una y otra vez, en un círculo vicioso de declaraciones intencionalmente mal calibradas, bajo el auspicio de la ley internacional.