La admisión de Irán de las graves pérdidas sufridas en las batallas que han tenido lugar en Khan Tuman, situada cerca de Alepo, hace unos días, confirma el hecho de que la nación persa se ha ahogado por completo en el pantano sirio. Es un destino similar al de cualquier fuerza de ocupación que pretende hacerse con el control de cualquier otro país por la fuerza militar, o incluso, como los iraníes afirman, en respuesta a las peticiones del gobierno sirio. La mejor evidencia de esto es la de Rusia, el socio de Irán en los crímenes contra el pueblo sirio. Interfirió en Afganistán en 1979, durante la época de la Unión Soviética, bajo el mismo pretexto, es decir, para salvar al gobierno comunista que había sufrido un golpe de Estado, para interferir y protegerlo. Esta intervención fue el último clavo en el ataúd de la Unión Soviética, ya que la Unión de Repúblicas Socialistas se derrumbó sólo dos años después de anunciar su retirada de Afganistán, derrotada y rota, en 1989. En el momento en que había completado su retirada en 1991, declaró su colapso.
Este no es el único ejemplo, el siglo pasado fue testigo de docenas de fuerzas de ocupación derrotadas por la resistencia, a pesar de ser grandes fuerzas. Estos ejemplos incluyen a los EE.UU. en Vietnam, a Francia en Argelia, e incluso Israel - considerada la mayor fuerza militar en el mundo en términos de avance tecnológico militar - fracasando en sus incursiones de la Franja de Gaza en varias ocasiones y siendo derrotado. En un intento de convertir la derrota en victoria, arrojó millones de toneladas de municiones en Gaza, destruyó la vida en la Franja, y puso a toda la población de Gaza bajo un bloqueo, del tipo que no tiene precedentes en la historia humana.
Irán y sus aliados, es decir, Hezbolá y las milicias chiíes, están bebiendo de la misma copa en Siria que sus socios rusos bebieron en Afganistán. Por lo tanto, los rusos tienen diferentes consideraciones con respecto a Siria de las que tiene Irán. Irán ha sacrificado su carne y su sangre para salvar a su aliado régimen alauí, trayendo milicias chiíes de Irak, Afganistán, Pakistán, etc. con el fin de hacer la yihad contra los extremistas suníes en Siria. Se alió con Rusia con el fin de salvar el régimen de Bashar, pero desde que anunció su interferencia, se ha encontrado a diario con ataúdes en los aeropuertos y ha celebrado los funerales de sus soldados - a quienes llama asesores militares - algunos días, mientras que en otros se han llevado a cabo funerales de las milicias chiíes, para quienes se ha asignado un cementerio específico en Qom con el propósito de honrarlos por el sagrado rol que jugaron en la defensa del régimen alauí.
Las últimas pérdidas totales de Irán han confirmado a muchos observadores que existen diferencias entre rusos e iraníes. Esto es especialmente cierto ya que el acuerdo entre ellos establece que los iraníes y sus aliados toman medidas sobre el terreno, mientras que los rusos los cubren desde el aire. Sin embargo, parece que los rusos tienen sus propias consideraciones lo que ha provocado que abandonaran a los iraníes, que cayeron presa de los rebeldes, que les han dejado el sabor amargo de la derrota. Esta no es la primera, ni será la última derrota que sufrirán los iraníes a lo largo del arduo camino elegido, y podrían verse enfangados en el barrizal sirio hasta el fondo.
Traducido de AlKhaleejOnline, 11 de mayo de 2016.