La Organización Mundial de la Salud condenó ayer el atentado que tuvo como objetivo un hospital en Latakia, al oeste de Siria, señalando que el 60% de los hospitales que operaban en el país ya no están en funcionamiento o lo hacen solo a nivel parcial.
Una explosión sacudió el Hospital Nacional de Jabaleh el lunes, matando a más de 40 personas e hiriendo a otras 35. Un doctor y dos enfermeras también resultaron asesinados y 11 miembros del personal resultaron heridos.
La OMS emitió un comunicado oficial diciendo que “como resultado del bombardeo y del daño causado, el hospital ha tenido que detener sus actividades y los pacientes que han sobrevivido han tenido que ser trasladados a otros hospitales”.
La organización considera que el ataque fue “una violación de los derechos internacionales humanitarios”.
“Es inaceptable realizar este tipo de ataques sobre instalaciones de salud, tanto en términos de frecuencia de los ataques como en la cantidad de daño causado”.