El pasado domingo tuvieron lugar en Ramallah las reuniones entre EE.UU. y la Autoridad Nacional Palestina para renovar el diálogo económico. Se trata de un movimiento que será promocionado por la ANP como iniciativa de progreso con el fin de disimular la dependencia inherente a la necesidad. Durante la reunión, fueron discutidas la posibilidad de mejorar el comercio palestino, los recursos naturales, la capacidad empresarial y la mejora de la gestión de recursos. Se da a entender ostensiblemente la ilusión de que se tratara de dos socios iguales, frente a la realidad que no es otra que una potencia mundial violenta que sostiene a un Israel colonial frente a una autoridad corrupta que maneja mal y fragmentadamente, de forma intencionada, a los palestinos y a Palestina.
Un comunicado del consulado estadounidense en Jerusalén citado por la agencia de noticias Ma'an dijo que “los participantes han reconocido las áreas de interés mutuo en las relaciones bilaterales económicas y se comprometen a continuar con la expansión y profundización de la cooperación política en una amplia gama de sectores con el fin de expandir la prosperidad palestina”.
La impresión inmediata, sobre todo después de que la empresa Overseas Private Investment Corporation de los EEUU se abriese a discutir la posibilidad de financiar la energía renovable y renovar el préstamo de 100 millones de dólares para la creación de empleo, es que se oscurecen aún más los vestigios restantes de Palestina frente a la expansión de Israel. En el pasado abril, el Banco Mundial informó de que la ANP perdía 285 millones de dólares al año debido a las fugas de impuestos por el comercio bilateral con Israel, la retención a las contribuciones de los palestinos que trabajan en Israel y la prohibición de la producción por Israel, esto último fue descrito por el Primer Ministro palestino Rami Hamdallah como un “intento de acabar con la economía nacional y reprimir su desarrollo.”
Otro anuncio hecho el domingo lo hizo el ministro de trabajo de la ANP, Mamun Abu Shahla, que dijo que se abrían las oposiciones a tres tipos de puestos de trabajo para los jóvenes en la Franja de Gaza. El empleo temporal en salud, educación, administración municipal y construcción difícilmente puede considerarse un alivio, dadas las advertencias de la ONU de que Gaza podría llegar a ser inhabitable para el año 2020, después de la aprobación de la “Operación Pilar Defensivo” en 2014.
Según Abu Shahla, el desempleo en Gaza es un resultado directo del bloqueo israelí, las restricciones a la libertad de movimiento y los conflictos incesantes. Lo que se elimina de la ecuación es la participación activa de la ANP, incluyendo su complacencia ante la decisión de que Egipto destruya la red de túneles si es necesario, la conspiración de EE.UU. para asumir el control de Gaza, la burla de la resistencia palestina y la marginación de Hamás como actor político. Pero sobre todo la connivencia de la ANP para mantener su posición subyugada a Israel.
Lo que queda es un juego de espera, que se revela en los incentivos ofrecidos a los palestinos siempre mediante la carga añadida de un préstamo, que aumenta las ya severas cargas financieras que dificultan la autonomía y hacen a la población dependiente. La humillación, sin embargo, debe entenderse como solamente endosable a la ANP.
Los EEUU subvencionan con miles de millones a Israel para mantener su presencia en Palestina a través de la expropiación y explotación, lo cual muestra a la ANP como ridícula al acceder a las ofertas de préstamos para conservar sus recursos naturales y energéticos, borrando así del todo su autoridad.