Las elecciones presidenciales austriacas han sido noticia esta semana. Norbert Hofer, el candidato del ultraderechista Partido de la Libertad , casi ganó los comicios. Afortunadamente, fue desplazado por su rival, el ex-líder del Partido Verde, Alexander Van der Bellen. Pero fue un tema reñido, con sólo unos 30.000 votos de diferencia. Demasiado cerca para ser cómodo.
En un ambiente europeo cada vez más ferviente del racismo dirigido contra los refugiados (especialmente los musulmanes), es un hecho preocupante que llegara tan cerca del poder. A pesar de que la Presidencia austriaca es en gran parte una posición simbólica, sí conserva ciertos poderes, y Hofer había señalado su disposición a utilizarlos.
El Partido de la Libertad tiene vínculos históricos con los nazis reales. Fue fundado por los ex-nazis en la década de 1950. Su anterior líder, Jorg Haider, más de una vez alabó las políticas de empleo de Hitler. Sin embargo, en común con otros partidos de extrema derecha en toda Europa, intentó "actualizar" y modernizar su imagen.
El fascismo se basa en tener a un "otro" para demonizar e injuriar por todos los males del mundo. Para los nazis alemanes, este otro eran "los judíos", quienes fueron simultáneamente culpados tanto del capitalismo como del "bolchevismo" . El Holocausto nazi acabó con cerca de 6 millones de judíos en los campos de la muerte de la "solución final" (además de muchas otras víctimas). Con la destrucción de gran parte de los judíos de Europa, el nazismo fue parcialmente exitoso en una de sus horribles metas: dejar una Europa "libre" de judíos.
Pero la ideología del fascismo requiere un chivo expiatorio, un "extranjero" como "Otro" a quien asignar la culpa para dividir y conquistar. Hoy en día, se dirige principalmente a la demonización de los musulmanes. Los movimientos de extrema derecha de todo el mundo ahora dirigen la mayor parte de su odio a los musulmanes. Esto no significa, por supuesto, que han olvidado su antisemitismo y de repente se vuelvan muy amables hacia los judíos: nada más lejos de la realidad. De hecho, el antisemitismo sigue siendo un problema. Y todavía hay neo-nazis y agrupaciones marginales de la supremacía blanca cuyo odio a los judíos parece ser la motivación principal.
Sin embargo, hay un cierto fenómeno en agrupaciones fascistas europeas orientadas electoralmente en los últimos años. Muchas de esas agrupaciones, tales como el Partido de la Libertad, que han intentado pasar de sus historias neo-nazis y antisemitas a vestirse con trajes.
Ese fenómeno está haciendo la pelota a Israel. También se podría llamar a esto el fenónemo "No nos pueden acusar de antisemitas: nos encanta Israel".
En el Reino Unido, esto se materializa por el Partido Nacional Británico. Nick Griffin, su ex líder, tuvo un período durante el cual afirmaba estar "en completo apoyo" a la guerra de 2009 sobre Gaza. Pero el linaje antisemita del partido nunca estuvo muy por debajo de la superficie. Con el ascenso de la Liga de Defensa Inglesa (quien tuvo una racha muy abiertamente sionista, y regularmente enarboló banderas israelíes durante sus violentas provocaciones callejeras dirigidas a las comunidades musulmanas), Griffin pareció volverse contra su "División Judía" (la cual más tarde se separó de ellos y de la Liga de Defensa de Inglaterra y se convirtió en la Liga de Defensa Judía del Reino Unido – creada tras la organización terrorista sionista americana fundada en 1968).
En Austria, el Partido de la Libertad ha utilizado el mismo plan: tratar de reclamar que se ha alejado de su pasado antisemita mostrando la cercanía a Israel. Y el primer ministro israelí, al parecer, ha entrado en la estrategia. El líder del partido, Heinz-Christian Strache en abril realizó una visita oficial a Israel por invitación del partido Likud.
Una vez allí, Strache agitó contra el boicot de Israel, y arremetió contra los musulmanes, elogiando al "Occidente judeo-cristiano" y proclamando a Israel como un puesto de avanzada para Europa en el Oriente Medio: "Si Israel fracasa, fracasa Europa. Y si falla Europa, Israel falla".
Michael Kleiner, un funcionario del Likud que ayudó a organizar su visita, dijo al Financial Times: "El Sr. Strache es pro-Israel, está en contra del boicot, apoya el derecho de Israel a defenderse".
De hecho, no hay nada fundamentalmente incompatible entre el sionismo y el fascismo. Estos partidos racistas de extrema derecha tienen una cierta admiración por Israel por varias razones. En primer lugar, su odio principal en este momento histórico es contra los musulmanes - y ¿quién es mejor para matar musulmanes que Israel? En segundo lugar, la verdad es que estos grupos de extrema derecha en realidad no han terminado su odio hacia los judíos, simplemente lo enterraron debajo de la superficie. En un nivel, están contentos con el proyecto sionista, porque uno de sus objetivos fundamentales era expulsar a los judíos europeos de Europa y enviarlos a la Palestina ocupada - algo de lo que los antisemitas se encuentran bastante contentos, junto con los sionistas.
¿Qué espera ganar de Israel al acercarse a los fascistas europeos como el Partido de la Libertad? Eso no está claro. Pero Netanyahu y su partido pueden muy bien estar juzgando, o esperando, a que los fascistas como Strache y Hofrer representen el futuro de la política europea. Ellos, después de todo, ayudarían a luchar contra cosas como el movimiento BDS - el boicot a Israel.
Vamos a demostrar que están equivocados.
Asa Winstanley es un periodista de investigación residente en Londres y es editor asociado con The Electronic Intifada.