La mañana del viernes 3 de junio, cuatro jóvenes músicos palestinos dejaron la Franja de Gaza por primera vez en sus vidas, de camino a Brighton, donde iban a interpretar música oriental clásica y contemporánea.
El grupo está compuesto por la cantante Najlaa Humaid, el guitarrista Mohammed Shoman, el laudista Mohannad Abu Safia, y de Farouk Abu Ramadan, que toca el qanun, un antiguo instrumento árabe similar a la cítara. Acompañados de su profesor, Ismail Dawoud, los cuatro jóvenes llegaron a Reino Unido el sábado, unas pocas horas antes del concierto que iban a dar en Brighton.
Sin haber dormido en toda la noche, los jóvenes sólo tenían dos horas para descansar antes de su primer concierto en el Reino Unido. “Pasamos esas dos horas preparándonos para el concierto,” explicó a MEMO Shoman.
“Aunque no habían dormido desde que abandonaron Gaza el viernes por la mañana, su interpretación del sábado les granjeó una ovación con el público puesto en pie,” contó Agnes Baetens, la coordinadora de la visita y miembro de Artistas de Brighton y Palestina Unidos.
“Era el sueño de Ahmed Khatib, un talentoso laudista, poder interpretar junto con jóvenes de Gaza,” explicó a MEMO Baetens. Su primer contacto con los músicos palestinos, y su subsiguiente implicación en la organización de conciertos, guardan relación con su hijo, que solía trabajar con la Orquesta de Juventud Palestina de Reino Unido. Tras haber organizado una serie de conciertos muy exitosos de intérpretes palestinos en Reino Unido, a lo largo de los últimos dos años, Artistas de Brighton y Palestina Unidos montó una página de crowdfunding, con la que esperaban poder reunir fondos para traer a adolescentes de Gaza a tocar en Brighton. En unos pocos días, superaron su objetivo y comenzaron a organizar la logística del viaje.
Durante su corta visita en el Reino Unido, los jóvenes tocaron en Brighton, en Londres y en Worthing. “Esta visita ha sido fantástica; como un sueño,” contaba Shoman entusiasmado. “Es la primera vez que representamos a Palestina en conciertos en el extranjero, y espero que tengamos muchas más oportunidades de este tipo”.
Shoman quiso hablarme del largo viaje que habían hecho desde Gaza. Tras cruzar en Erez, explicó, el grupo tomó un taxi a través de Cisjordania y de Jericó y, por primera vez, cruzaron por el paso del Punte Allenby, también conocido como Puente del Rey Hussein. Después de un largo retraso en el puente, llegaron a Amán, en Jordania, donde tomaron el vuelo a Londres.
“Cuando aterrizamos, fue un sentimiento tan abrumador que se puede describir con palabras,” añadió Shoman.
Los cuatro estudian en la Escuela de Música de Gaza, la única escuela de música en el territorio sitiado, que fue fundada en 2008 en las instalaciones de la Cruz Roja Palestina en la ciudad de Gaza gracias a los fondos de la Fundación A.M. Qattan y del gobierno sueco.
La escuela, en la que estos jóvenes músicos han desarrollado su talento en los últimos años, tuvo que ser trasladada de lugar durante su primer año de existencia, tras haber sido extensamente dañada, y muchos de los instrumentos destruidos, durante la operación israelí Plomo Fundido en 2008-2009. Parte ahora del Conservatorio Nacional de Música Edward Said, la escuela continúa alentando a una nueva generación musical a pesar de todas las dificultades, ofreciendo ocho años de estudio con certificaciones de nivel básico e intermedio, que permiten a los alumnos continuar su aprendizaje en universidades internacionales.
Además de las restricciones a la introducción de instrumentos musicales y de equipamiento, los músicos también se ven limitados por la incapacidad de viajar libremente e intercambiar conocimientos, como resultado del asedio israelí contra los músicos de Gaza y su única escuela de música.
Al describir la infinidad de obstáculos a los que se habían enfrentado para llegar al Reino Unido, el profesor Ismail Dawoud dijo que la visita era un desafío al sitio israelí, que hasta ahora había restringido sus movimientos.
“La administración del Instituto Edward Said en Palestina y nuestros hospedadores de aquí pasaron un montón de problemas para sacarnos de Gaza,” relató. “Nuestras peticiones de visado y de permisos fueron rechazadas, pero afortunadamente al final la decisión fue revertida, gracias a los esfuerzos de nuestros hospedadores”.
Baetens dijo que tuvo que implicar a diputados, a europarlamentarios y a obispos para lograr que se concedieran los visados. También Gisha, una organización israelí de derechos humanos, se involucró y ayudó al grupo a conseguir los permisos israelíes para cruzar el paso de Erez.
“Fue toda una lucha,” añadió Dawoud, “pero a pesar de todos los obstáculos logramos venir, y los esfuerzos de todos los que durante los dos últimos años han estado trabajando para que esto ocurriera no fueron en vano”.
La reacción y el entusiasmo de los jóvenes músicos me evocó recuerdos de Gaza, de cuando entrevisté a Firas Al-Shrafi, uno de los alumnos más jóvenes de la Escuela de Música de Gaza. Por aquel entonces, Firas me contó sus ambiciones y sueños de poder tocar en el extranjero, junto con otros músicos.
A pesar de todo lo que han soportado, Shoman y sus compañeros lograron lo que Firas y muchos otros sueñan en Gaza. Tocaron con otros músicos y escuelas en Brighton, con una distinción artística que contrasta con el estereotipo de la imagen de Gaza, demostrando el hambre de Gaza por alcanzar vida y harmonía. “Una de estas escuelas,” explicó Baetens a MEMO, “ha elegido como tema para el año que viene la música palestina”.
Humaid, la vocalista del grupo, contó que su familia siempre la había apoyado. “Ahora me siento realizada, y he hecho que mi familia esté orgullosa de mí,” continuó.
“Querría que mi Hermana estuviera aquí conmigo,” añadió Shoman, “pero se alegra por mí y estoy alcanzando los sueños de los dos”. Mohammed y su hermana Ghada son conocidos en Gaza como el Dúo Shoman. Mohammed toca la guitarra mientras Ghada canta.
Los niños de Gaza han encontrado en la música más que una distracción de los problemas en la Franja. Han encontrado una manera de llamar a la paz y a la libertad.
“Espero que el asedio a Gaza termine pronto y se abran las fronteras, para que podamos acceder a una cultura musical más amplia y a más apertura al mundo,” concluyó Shoman.
Imágenes cortesía de la Campaña de Solidaridad con Palestina de Brighton y Hove.