Al abrirse las puertas, un grupo de colonos judíos penetró en el complejo bajo protección militar. Un grupo de jóvenes palestinos que rezaba en Al-Aqsa acudió a la puerta y trató de rechazar a los intrusos. Un puñado de soldados israelíes logró finalmente echar atrás a los adolescentes, según contó un testigo presencial a MEMO.
Las fuerzas israelíes regresaron con refuerzos para acordonar el complejo. Según un comunicado oficial israelí, cuatro palestinos enmascarados “interrumpieron” la visita de los colonos.
Visitantes y fieles formaron un escudo humano frente a la entrada de la mezquita de Al-Aqsa, donde se refugiaron los jóvenes. Las fuerzas de la ocupación avanzaron hacia la mezquita pero fueron incapaces de entrar en ella.
Tras recibir a los refuerzos, las fuerzas israelíes cargaron y se produjeron enfrentamientos con los fieles, a los que golpearon con porras.
Los fieles recurrieron a los restos del suhoor, la comida que se toma antes de comenzar el ayuno, para defenderse.
Las fuerzas de la ocupación lanzaron pelotas de goma para dispersar a la multitud. A pesar de las pelotas, que rebotaron desde las puertas de la mezquita, las fuerzas israelíes no lograron acceder a Al-Aqsa, aunque arrestaron a tres palestinos.
Durante los altercados, los colonos pudieron visitar el complejo.