La mayoría coincide en que son las familias de militares británicos muertos en la guerra de Irak qienes han esperado por más tiempo.
Cuando John Chilcot aparece ante las cámaras de televisión el miércoles por la mañana, habrán sido 2.578 días, o poco más de siete años, desde que el funcionario jubilado fue anunciado como el jefe de una investigación sobre la participación británica en la guerra de Irak liderada por EE.UU..
Las familias, muchas de las cuales estarán en el Centro Reina Elizabeth II en el centro de Londres escuchando a Chilcot divulgar sus hallazgos, han estado esperando alguna medida de rendición de cuentas desde la invasión para derrocar al régimen de Sadam Hussein.
Son los familiares de 179 soldados británicos que murieron durante la invasión a Iraq entre marzo de 2003 y abril de 2009, cuando las últimas tropas del Reino Unido fueron retiradas de Iraq. Casi 50 fueron asesinados por bombas en las carreteras después de la primera misión de combate. El número de muertes iraquíes esa etapa de la invasión se cuenta en decenas de miles.
El informe Chilcot - o, para usar su nombre oficial, la Investigación sobre la invasión de Iraq - fue anunciado poco después de la retirada de 2009 por el entonces primer ministro, Gordon Brown, como una revisión "objetiva y no partidista" de la invasión.
"El objetivo es aprender las lecciones de los acontecimientos que rodean la invasión", dijo Brown a la Cámara de los Comunes el 15 de junio de 2009.
"La Investigación sobre la invasión Irak observará el período previo a la propia invasión, durante la misma y la reconstrucción, por lo que podremos aprender lecciones en todas y cada una de las áreas que fueron invadidas y bombardeadas".
Chilcot y su equipo tendrán acceso a todos los documentos del gobierno del Reino Unido y la posibilidad de llamar a cualquier testigo, dijo Brown.
Le seguirá una de las investigaciones más caras - a un costo de £ 10 millones ($ 13 millones) – y duraderas de la historia británica. Se estima que el documento final contenga 2,6 millones de palabras y las copias impresas vendrán en 13 volúmenes, aunque también estará disponible en línea.
Más de 150 testigos fueron llamados a declarar. Tony Blair, quien llevó a Gran Bretaña a la guerra y cuya carrera ha llegado a ser ampliamente asociada a esto, fue llamado dos veces.
Correspondencia Blair - Bush
Brown predijo que la investigación tomaría un año en completarse.
El retraso fue causado, en parte, por un amargo debate sobre la desclasificación de decenas de documentos - en particular, la correspondencia entre Blair y el presidente EE.UU., George W. Bush.
Altos funcionarios británicos argumentaron que la comunicación entre los dos líderes no pudo ser publicada por razones de seguridad nacional pero con el tiempo se acordó que podría ser ofrecida en forma resumida y no citada directamente.
Otra razón fue la decisión de dar a los citados en el informe el derecho a responder y hacer comentarios antes de su finalización.
El informe del miércoles fue el encargado para examinar únicamente el papel del Reino Unido en la guerra, por lo que no contendrá una extensa evaluación del papel de los EE.UU. y otros países de la coalición invasora, como Polonia y Australia.
Blair y su ministro de Asuntos Exteriores, Jack Straw, se encuentran entre los líderes políticos más involucrados y responsables.
Sin embargo, la guerra de Irak se puso en marcha con el pretexto de salvar a la humanidad del régimen de Saddam Hussein pues, supuestamente, poseía armas de destrucción masiva - armas que nunca fueron descubiertas.
Es por ello que también se espera que el informe Chilcot sea duro con Richard Dearlove, el entonces jefe del servicio de inteligencia exterior MI6 de Gran Bretaña, y John Scarlett, quien fue jefe del Comité Conjunto de Inteligencia de Gran Bretaña y en última instancia, responsable de dirigir las organizaciones de inteligencia del país.
Muchos militares - incluyendo las familias de las docenas de víctimas - esperan que el informe sea una oportunidad para echar la culpa a quien dicen fue el arquitecto del papel de Gran Bretaña en la guerra: Tony Blair.
Crímenes de guerra
Uno de quienes informan es Jeremy Corbyn, el sucesor de Blair como líder del Partido Laborista.
El Sunday Times informó la semana pasada que Corbyn usaría su inmunidad parlamentaria para acusar a Blair por crímenes de guerra.
El periódico citó a una fuente no identificada diciendo que: "Él va a decir que Blair es un completo criminal de guerra ... Corbyn dirá esto en el parlamento y luego está planeando que se participe en manifestaciones contra la guerra. Tendrá que tener cuidado porque si él lo llama un criminal de guerra fuera de la cámara ... Blair podría arrojar a los abogados sobre él y llevarlo a la quiebra y el fracaso político."
Sin embargo, incluso antes de Chilcot comenzara su trabajo, Brown dijo que la investigación no trataría de asignar culpa, sino hablar de cualquier responsabilidad penal por la guerra o actos cometidos durante su ejecución.
Insistió en su anuncio de 2009 que "el objetivo principal del comité será identificar las lecciones aprendidas".
Brown agregó: "El comité no se dispondrá a determinar la culpa o a considerar las cuestiones de responsabilidad civil o criminal."
Chilcot dará a conocer sus resultados a las 11 a.m. hora local (10:00 GMT) y se espera que el Parlamento debata el veredicto más tarde ese día.
Después de siete años, la anticipación de los resultados del informe supone que la clase política se alterará, aunque también hay quien dice q será encubierta.
Para 179 familias, muchos simplemente estarán esperando una mejor comprensión de por qué su ser querido murió en una guerra impopular a miles de millas de su casa.