El número de muertos por el ataque de Daesh del jueves contra un santuario chií en la ciudad iraquí de Balad es ahora de 56, ha dicho un funcionario local.
Tres militantes de Daesh con chalecos suicidas intentaron asaltar el mausoleo de Sayid Mohammed bin Ali Al-Hadi en Balad, al norte de Bagdad, el jueves. Dos atacantes se inmolaron en los alrededores del santuario, mientras que un tercero murió por disparos de las fuerzas de seguridad.
"El número de muertos por el ataque se ha elevado a 56," Radi Mohamed, miembro del consejo local de la ciudad, dijo a la prensa el sábado, añadiendo que más de 70 personas han resultado heridas en el asalto.
"Muchos de los heridos se encuentran en estado crítico y están sufriendo por quemaduras graves", explicó.
El grupo Daesh, un grupo extremista suní que ve a los chiíes como "apóstatas", ha reivindicado el ataque en su agencia de noticias afiliada Amaq.
El ministro de Defensa iraquí Khalid Al-Obeidi, por su parte, citó un "fallo de seguridad" en el ataque al santuario.
"Hubo incumplimiento de la seguridad y negligencia por parte de las fuerzas de seguridad responsables de proteger la zona", dijo en una conferencia de prensa el sábado.
El ataque del jueves se produjo después de que un ataque suicida matara a 292 personas en un distrito comercial chií en Bagdad, en el ataque más mortífero desde la invasión de Estados Unidos en 2013.
El primer ministro iraquí, Haider al-Abadi ha despedido a los tres más altos funcionarios de seguridad en Bagdad tras el atentado.
Irak ha sufrido un vacío de seguridad devastador desde mediados de 2014, cuando Daesh capturó Mosul e invadió grandes extensiones de territorio en el norte y el oeste del país.
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