El líder iraquí, Muqtada Al-Sadr, llegó a Bagdad de la provincia de Nayaf, donde dijo a sus seguidores que mantuviesen sus manifestaciones pacíficas. Mientras que el gobierno llamó a los iraquíes a posponer las manifestaciones, las fuerzas de seguridad bloquearon una serie de puentes y carreteras principales en la capital.
Al-Sadr llegó a la capital el martes por la noche en uniforme, tres días antes de las manifestaciones previstas, y se dirigió inmediatamente al distrito de Karrada, que fue testigo de una explosión masiva la semana pasada que resultó en la muerte de 292 personas.
Fue recibido por miles de sus seguidores que coreaban consignas a su favor. Les pidió que siguiesen manifestándose de forma pacífica, y que cooperasen con las fuerzas de seguridad y no las asaltasen.
El gobierno había pedido a los iraquíes a posponer las manifestaciones previstas para el viernes. Al-Sadr había llamado a la movilización civil en protesta contra la corrupción del gobierno, sin embargo, el gabinete advirtió que las protestas podrían traer el caos a la capital y distraer a las fuerzas de seguridad, que están batallando en estos momentos contra el Daesh.