Aunque parezca increíble, Irán es, después de Tailandia, el país con más operaciones de cambio de sexo del mundo. Mientras que la homosexualidad es considerada "pecado" y una "violación del orden social", siendo ilegal y estando penada con duros castigos, la transexualidad es considerada una "enfermedad" sujeta a cura. ¿Cómo un país como Irán, constituido como una República Islámica, puede tolerar esto y quién fue la persona que dio el visto bueno a las operaciones de cambio de sexo?
Irán tiene un sistema político piramidal en cuya cima se encuentran tanto el Parlamento como el Consejo de Guardianes de la Constitución, con todo el sistema gobernado y supervisado por el líder de la revolución iraní. Ruhollah Jomeini ocupó ese cargo en el periodo de 1979-1989 y Seyyed Alí Jamenei desde 1989 hasta hoy en día.
El ayatolá Jomeini emitió una fetua (dictamen jurídico islámico) en el año 1983 en la cual permitía el cambio de sexo físico así como en los documentos personales. La explicación que daba en su fetua fue aceptada por todos los alfaquíes, imanes, sheijs y ulemas iraníes y chiíes, ya que en la misma explicaba que la transexualidad era una enfermedad que, gracias a los avances científicos de ese momento, se había convertido en una realidad curable y que por lo tanto se debían permitir las operaciones de cambio de sexo.
Esta concepción teológica de la transexualidad se fue integrando poco a poco en la sociedad iraní, que comenzó a ver a los transexuales con otros ojos, ya que desde aquel momento no eran perseguidos ni rechazados, al contrario, de la noche a la mañana quedaron justificados religiosamente y poco a poco fueron siendo aceptados por la sociedad civil iraní. Incluso el establishment religioso iraní acepta, comparte y aconseja el cambio de sexo a aquellas personas que acuden a pedir consejo sobre esta cuestión.
El procedimiento de cambio de sexo es arduo y complicado ya que al futuro transexual se le somete a una serie de pruebas psicológicas y se le realiza un proceso enfocado a verificar si realmente cumple con los requisitos para una operación de esa índole, así como tests psicológicos regulares. Una vez superados, comienza el proceso de hormonación, con un seguimiento psicológico, hasta llegar al momento de la operación.
La operación de cambio de sexo en Irán puede costar unos 30.000 euros, lo cual no es asequible para ciertas personas, de ahí que existan dotaciones económicas por parte del Estado para ayudar a los transexuales con bajos ingresos a que llevan a cabo la operación . La más importante de estas organizaciones es la Fundación Imam Jomeini que concede préstamos sin intereses a transexuales sin capacidad económica para afrontar el pago de una operación de este tipo.
Hoy en Irán, según fuentes oficiales, viven entre 15.000 y 20.000 transexuales, aunque de forma no oficial se estima que puedan llegara hasta 150.000. Los que aceptan vivir su sexualidad en el marco que ofrece el sistema legal iraní son aceptados socialmente, debido al respaldo y la justificación con la que cuentan, emanada de los religiosos y los políticos herederos de la Revolución Islámica de 1979.