Dos años después de la devastadora ofensiva israelí, la población de la Franja de Gaza sigue corriendo el riesgo por artefactos explosivos sin detonar o restos explosivos de guerra (REG).
Ésta es la conclusión de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) de la ONU en su publicación semanal, indicando que desde el fin de las hostilidades en agosto de 2014, 17 personas han muerto y 100 más han resultado heridas por restos explosivos de guerra, incluyendo a 46 niños.
Según la OCAH de la ONU , los REG "resultantes del 2014 y de las hostilidades anteriores, siguen planteando una grave amenaza para la vida y la integridad física de la población [en la Franja de Gaza]."
Por otra parte, "el grado de contaminación por restos explosivos de guerra en Gaza es desconocido", ya que "como se sospecha los REG permanecen ocultos en toda Gaza, ya sea entre los escombros de estructuras destruidas o enterrados debajo de la superficie."
Desde el alto el fuego de agosto de 2014, el Servicio de Acción contra las Minas de las Naciones Unidas (UNMAS) ha "eliminado más de 40 grandes bombas aéreas sospechosas que presentan un riesgo para la población y que obstaculizan los esfuerzos de reconstrucción y desarrollo."
Sin embargo, "de las 131 localizaciones identificadas desde 2014 donde se sospecha que existe este tipo de bomba aérea, 87 sitios aún no se han despejado."