La marina rusa ha empezado a hacer ejercicios en el Mediterráneo frente a la costa de Siria para poner a prueba su capacidad de respuesta ante una "situación de crisis de carácter terrorista", según ha informado Anadolu.
En un comunicado, el Ministerio de Defensa ruso declaró que las maniobras, que comenzaron el lunes, incluían condiciones de "combate" con artillería y misiles. Las autoridades dijeron que dos corbetas Buyan-M equipadas con misiles de crucero de largo alcance, como los que se utilizaron para golpear al Daesh el año pasado, están siendo usados en los ejercicios.
Según Anadolu, desde su intervención en el conflicto sirio en septiembre del año pasado, Rusia ha mantenido sus buques de guerra estacionados frente a la costa siria. Era una práctica de la era soviética mantener una flota en el Mediterráneo.
El jueves pasado, Rusia anunció su plan para ampliar su base naval en Tartus, Siria. El objetivo es convertir la flota en una base de la fuerza aérea abastecida con todo el equipamiento necesario para una guarnición permanente.
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