Un fabricante de bombas de Al Qaeda dijo a los militares estadounidenses que creía que un miembro de la familia real saudí ayudó a reclutarlo para llevar a cabo los ataques en EE.UU., según un informe publicado el sábado.
La Associated Press informó que el prisionero de Guantánamo, Ghassan Abdallah al-Sharbi, dijo a los oficiales militares que una figura religiosa saudí llamó a un individuo no identificado "su alteza" durante una llamada telefónica.
La figura religiosa, a continuación, pidió a Al-Sharbi que regresara a los EE.UU. para participar en un ataque que le requeriría aprender a pilotar un avión.
Fue a principios de 2001, y Al-Sharbi, quien fue a la universidad de Arizona, apenas había regresado de los EE.UU., donde había tomado algunos cursos en la escuela de vuelo en Phoenix con dos hombres que se convertirían en secuestradores de los aviones que produjeron los ataques del 11 de septiembre.
La Associated Press citó una transcripción recientemente publicada en su informe. Una investigación formal del Congreso sobre los ataques del 11 de septiembre no encontró ninguna conexión directa con la familia real saudí.
Al-Sharbi describió en junio la conversación a la Junta de Revisión Periódica, la cual evalúa si los prisioneros de Guantánamo pueden ser liberados. El Pentágono publicó el jueves una transcripción de sus reclamaciones con partes ocultas.
La declaración es complicada y carece de detalles importantes, tales como si la 'figura religiosa' podría estar cerca de los funcionarios saudíes.