El Gran Mufti Othman Battij de Túnez pidió a los tunecinos "abandonar las protestas intempestivas y sentadas que dificultan el trabajo y la producción" y dedicar sus esfuerzos a "trabajar y estudiar" para salvar la maltrecha economía del país.
Sus declaraciones se producen después de que Túnez anunciase que la empresa energética británica Petrofac iba a reanudar las operaciones en el país después de un conflicto laboral que detuvo su trabajo durante meses.
Las declaraciones de Battij han causado controversia en particular entre los nuevos graduados. El poderoso sindicato laboral del país dijo que estaba "sorprendido" por el intento del clérigo de etiquetar las demandas "legítimas" de los trabajadores como decisiones religiosas. Los usuarios de reder sociales cuestionaron la falta de señalamiento de la corrupción generalizada del país por parte del Mufti.
El Foro de Túnez, ONG de derechos económicos y políticos, criticó la "interferencia" del Mufti y llamó al gobierno a "asumir sus responsabilidades en la defensa de la Constitución, que garantice libertades civiles y políticas."
El primer ministro, Youssef Chahed, que asumió el cargo el mes pasado, ha dicho que está "decidido a enfrentarse a todos los plantones ilegales e ilegítimos, manteniendo el compromiso de garantizar el derecho a la huelga."