Una reunión informal del Consejo de Seguridad de la ONU tendrá lugar el viernes con el objetivo de abordar la cuestión de la expansión de los asentamientos israelíes. La iniciativa propuesta por los palestinos, con el lema "los asentamientos como obstáculo para la paz y una solución de dos estados" tiene el respaldo de Malasia, Venezuela, Egipto, Senegal y Angola, según Ynet.
Mientras que el creciente escrutinio de sus asentamientos ilegales, sin duda, es una molestia para Israel, es poco probable que cualquier condena rutinaria produzca ningún cambio en su actitud. Los fragmentos del documento de posiciones que se discutirán en la reunión son una reminiscencia de las quejas que Palestina ha estado expresando durante muchos años hasta el punto de agotamiento. Por ejemplo: "La existencia y la expansión de los asentamientos en tierras palestinas que fueron ocupadas en 1967 ponen en peligro una solución al conflicto israelí-palestino de dos estados." Bostezo. ¿No lo hemos oído ya antes hasta la saciedad?
Ynet informó también de que el documento de posición señala que las fuerzas de seguridad israelíes "pasan por alto los actos violentos de los colonos contra los palestinos y no darles la protección a la que tienen derecho en virtud del derecho internacional".
El embajador de Israel en la ONU, Danny Danon, hizo un ligero cambio en su hipérbole habitual cuando acusó a los palestinos de "utilizar a la comunidad internacional para perjudicar al Estado de Israel en lugar de detener la incitación y sentarse en la mesa de negociación". Apestando a discrepancias y falsedades, su declaración expresa el hecho de que la atención internacional en relación con la expansión de asentamientos ilegales, que se está convirtiendo en una apariencia de preocupación para Israel. La semana pasada, la UE emitió una declaración en la que reiteró la ilegalidad de los asentamientos en el derecho internacional. En respuesta, según la agencia de noticias Ma'an, el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí describió los asentamientos como una simple "solución habitacional".
Por otra parte, la declaración de Danon también muestra que las políticas de Israel siguen siendo indiscutibles en el ámbito internacional aunque se traten de sus discursos engañosos, y mucho menos respecto a las consecuencias tangibles de la violencia colonial infligidas a los palestinos. La acusación ridícula que los palestinos están "utilizando" a la comunidad internacional dice mucho de la manera en que Israel no sólo espera un abandono total de los palestinos a nivel internacional, sino que también busca el status quo que sea permanente.
En cuanto a la "mesa de negociación" es difícil de alcanzar. Es realmente patético que la comunidad internacional no esté dispuesta a desafiar a Israel por la falta de conversaciones. El compromiso de dos estados se mantiene como una opción imposible, de la que que los diplomáticos siguen siendo capaces de hacer uso mediante una terminología conveniente, pero sin sentido.
Ante la posibilidad de un resultado predecible, la comunidad internacional sólo puede ser acreditada por su imaginación retorcida pero vívida cuando se trata de salvaguardar los derechos palestinos. Las resoluciones no han dejado de frenar la expansión colonial y la reunión del viernes no logrará nada nuevo. De hecho, es más probable que sirva como otra farsa diplomática durante la cual el concepto de urgencia será reemplazado por la apatía reinante.