Miles de residentes del Negev se manifestaron frente al edificio del Consejo Regional Ramat Hanéguev para protestar contra la demolición de casas en Negev y el feroz ataque a Bir Hadaj, donde numerosas viviendas fueron demolidas con el pretexto de que las licencias eran ilegales.
Los manifestantes bloquearon el tráfico en la autopista 40, en coordinación con la policía, llevando pancartas condenando la demolición de casas y pidiendo que se ponga fin de estos crímenes en Negev. La marcha contaba también con jefes de los municipios, activistas públicos y políticos y las fuerzas nacionales.
La protesta se desencadenó después de que las excavadoras israelíes, que trabajaban bajo protección policial, demolieran las casas de las familias que han vivido en la czona por generaciones, dejándoles sin hogar, así que tendrán que vivir en tiendas y chabolas.
A medida que el gobierno israelí se niega a reconocer los 51 pueblos del Negev -incluyendo aquellos que fueron establecidos antes de la formación del Estado de Israel- los residentes se han enfrentado con el desplazamiento después de que fuerzas israelíes aumentasen las demoliciones en la zona y confiscaran sus tierras y propiedades. La zona está siendo preparada para el establecimiento de pueblos y granjas judías sobre las ruinas de aldeas palestinas.
Los ciudadanos árabes en Negev y territorios palestinos hicieron un llamamiento a las organizaciones internacionales humanitarias y de derechos humanos para visitar la zona y vigilar los crímenes cometidos en contra de sus residentes.