Decenas de simpatizantes de alianza opoitora del Frente Popular de Túnez ayer se manifestaron en la capital tunecina contra las medidas de austeridad y los presupuestos de 2017, que fueron aprobados por el Gobierno el día anterior.

El gobierno de unidad nacional del país, liderado por el partido Nidaa Tounes, aprobó el presupuesto de 2017, que incluye 32,7 millones de dinares en gastos (14.8 millones de dólares), un aumento de alrededor del 12 por ciento respecto del presupuesto anterior.

El primer ministro, Youssef Al-Shahed, dijo que quiere llevar a cabo reformas, incluyendo aumentar los impuestos, reducir los subsidios, y el aplazamiento de los aumentos salariales, con el fin de fortalecer los ingresos del presupuesto y controlar el déficit.

Los manifestantes portaban pancartas que exigían la revisión de los "presupuestos del empobrecimiento y hambre". También corearon consignas como "no a la austeridad, no a la inanición"; "empleo, libertad y dignidad nacional" y "la austeridad no es la solución".

El líder de izquierda del Frente Popular, Hamma Hammami, dijo a los manifestantes: "Es importante que hoy nos preparemos para la lucha contra el presupuesto de la inanición, el empobrecimiento y la violación de la soberanía nacional".

Alegó que este presupuesto significa imponer una congelación sobre los aumentos de salarios y puestos de trabajo, que dará lugar a un aumento de precios. Describió las medidas económicas que conlleva el presupuesto como algo perjudicial para el pueblo de Túnez, especialmente para las clases débiles y trabajadoras. Hammami advirtió que las pequeñas y medianas empresas serían las más afectadas por la crisis económica en la ausencia de medidas serias contra los evasores y contrabandistas.

Túnez ha anunciado que va a tener que tomar una serie de préstamos extranjeros en 2017 para asegurar su supervivencia económica.