Turquía ha sido advertida por el Consejo de Europa en contra de que reestablezca la pena de muerte, después de que Ankara haya incrementado sus medidas represivas a partir del intento fallido de golpe de Estado del pasado mes de Julio, que llevó a la purga de más de 10.000 funcionarios.
"Ejecutar la pena de muerte es incompatible con ser miembro del Consejo de Europa", se leía ayer en la cuenta oficial de twitter de la organización, de 47 estados miembros, un día después de que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan dijera que preguntaría al Parlamento por la posibilidad de reinstaurar la pena capital.
Erdogan dijo a sus partidarios en Ankara que su gobierno haría esta propuesta al Parlamento, sin especificar ningún calendario concreto.
Turquía abolió la pena de muerte en 2004, cumpliendo con los requisitos para unirse a la Unión Europea.
El ministro de Exteriores de Austria, Sebastian Kurz, criticó a Turquía por considerar que este movimiento "le cerraría la puerta a la UE".
"La pena de muerte es una forma cruel e inhumana de castigo, que debe ser abolida en todo el mundo y que entra en clara contradicción con los valores europeos", dijo Kurz a la Austrian Press Agency.
Ankara solicitó formalmente la adhesión a la UE en el año 2005. Desde entonces, la Unión ha abierto 15 apartados de negociación con Turquía de los 35 requeridos, pero hasta la fecha sólo una de ellas ha sido completada con éxito.
En Agosto, el Secretario General del Consejo de Europa Thorbjorn Jagland advirtió a Ankara de no aprobar la pena de muerte, haciendo notar que la Convención Europea de Derechos Humanos, que Turquía ha ratificado, excluye claramente esta posibilidad.
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