El ministro jordano de Trabajo ha firmado un decreto por el que se prohíbe el acceso de mano de obra inmigrante a 19 profesiones, que incluyen la enseñanza, tanto en el sistema público como en el privado.
Esta decisión supone un duro golpe para el medio de vida de los cientos de palestinos que trabajan en el país con pasaporte jordano de forma temporal.
Jordania decretó el pasado mes de Enero que los palestinos con pasaportes temporales que desearan trabajar en el país debían conseguir primero un permiso de trabajo.
Shereen Odeh, maestra de un colegio privado, tuvo que abandonar su empleo después de diez años de ejercicio. Ella explica que la escuela rechazó concederle un permiso de trabajo porque la enseñanza en escuelas privadas no está permitida para los extranjeros. “Durante los últimos diez años he trabajado como maestra de escuela después de obtener mi certificado de seguridad. Ahora, la situación ha cambiado y quieren que obtenga también un permiso de trabajo porque no soy jordana. Pero no puedo conseguir ese permiso, así que he perdido mi única fuente de ingresos”, se lamenta.