El primer ministro turco, Binali Yildirim, pidió ayer al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que extraditase al clérigo musulmán estadounidense Fethullah Gulen tan pronto como se instalase en el cargo. El clérigo turco, en un exilio autoimpuesto en Pensilvania, es culpado por Ankara del fallido golpe de Estado en el pasado julio.
Según los Estados Unidos, las autoridades están estudiando las pruebas contra Gülen proporcionadas por Turquía antes de decidir si se extradita o no al ex-aliado y ahora enemigo del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Las relaciones entre los dos países se han agrietado desde el intento de golpe de Estado del 15 de julio debido a la negativa de Washington a extraditar a Gülen y su tardanza en expresar su solidaridad con la democracia turca.
Gülen es acusado de coordinar actividades "terroristas" en Turquía desde su casa y sede en Pensilvania a través de lo que el gobierno de Erdogan describe como la Organización Terrorista Fetullah (FETO), conocida como Movimiento Hizmet por sus propios partidarios.
Gülen, que vive en los Estados Unidos desde 1999, afirma tener una red religiosa y educativa pacífica.
Yildirim también dijo que esperaba que el liderazgo de Trump tomara en cuenta las "sensibilidades sobre la lucha contra el terrorismo" de Turquía, dando prioridad a las políticas que traerían paz y estabilidad a la región y promoverían la amistad tradicional entre ambos países.
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