Millones de adultos británicos boicotean productos israelíes, según una encuesta encargada por el grupo de presión israelí BICOM y realizada por Populus.
El estudio sugiere que, a pesar de los esfuerzos de los grupos pro-israelíes y los ministros británicos de difamar la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones, el apoyo al boicot se mantiene.
Sin embargo, la conclusión fue enterrada al manipular el BICOM los resultados de la encuesta.
La semana pasada, BICOM anunció que "el número de ciudadanos británicos que no apoyan el boicot económico a Israel se ha disparado, según un nuevo sondeo". El líder de BICOM, James Sorene, declaró que la encuesta "muestra un cambio muy significativo en contra del boicot a Israel". Añadió que "en un año en el que hemos visto a varias figuras públicas intentar explicar su odio hacia Israel desde una posición política, el juicio del pueblo británico es rígido".
Mientras tanto, Simon Johnson, líder del Consejo de Liderazgo Judío, declaró que " los resultados de esta encuesta son positivos y alentadores", y un testimonio del "trabajo de varias organizaciones para informar mejor al público británico acerca de la situación actual en Oriente Medio". Pero ¿está este entusiasmo confirmado por los números? Comprobémoslo.
La encuesta de este año incluía dos preguntas específicas sobre el boicot, ambas incluidas también en las de 2014 y 2015, con la siguiente introducción: "como respuesta a los sucesos en Israel y Gaza, algunos ciudadanos piden un boicot a los productos producidos por Israel".
Se pidió a los encuestados que expresasen su acuerdo o desacuerdo con el siguiente enunciado: "Un boicot perjudicaría tanto a palestinos como a israelíes, ya que una economía palestina exitosa necesita una economía israelí fuerte junto a ella como su mayor socio comercial".
No es exactamente neutral. Todo el mundo, desde el Banco Mundial a los grupos por los derechos humanos en Palestina, tienen claro que la ocupación israelí es el mayor obstáculo para el crecimiento económico de Palestina - y el llamado al boicot está respaldado por sindicatos palestinos, trabajadores agrícolas y otros.
Como era de esperar, sólo un 6% de los encuestados expresó un desacuerdo con ello. Pero esta cifra también es consistente con los dos últimos años (7% en 2015, 6% en 2014), así que no significa ningún cambio.
El segundo enunciado relacionado con el boicot era: "No boicoteo productos de Israel, y me parece difícil entender por qué otros querrían boicotear a Israel, teniendo en cuenta todo lo que está sucediendo ahora mismo en el mundo".
Esto parece de risa, sin embargo, el 12% de los encuestados aún no estaba de acuerdo - al igual que el año pasado, y un poco más que en 2014. En otras palabras, a pesar de la encuesta sesgada, el 12% de los adultos británicos - alrededor de 6 millones de personas - aparentemente boicotean a Israel y/o apoyan a aquellos que lo hacen.
Curiosamente, BICOM dejó caer este año dos preguntas relacionadas con el boicot. Anteriormente, a los encuestados se les planteaba este enunciado: "Un boicot económico a Israel aumentaría la voluntad de Israel de negociar con Palestina". En 2015, el 23% estuvo de acuerdo, y, en 2014, el 24%.
Además, la siguiente cuestión también fue hecha a los encuestados: "Preferiría boicotear productos de asentamientos israelíes en territorio ocupado". Tanto en 2014 como en 2015, el 25% de los encuestados estuvo de acuerdo.
James Sorene, líder de BICOM, no respondió en Twitter a mi pregunta de por qué estas dos cuestiones fueron eliminadas de la encuesta de este año.
Además de las tres encuestas de Populus encargadas por BICOM, en los últimos años se han realizado otras encuestas que midieron la fuerza del apoyo al boicot contra Israel.
En 2009, una encuesta de YouGov para The Jewish Chronicle afirmó que el 29% de los adultos británicos pensaban que boicotear los productos israelíes como protesta a sus políticas contra los palestinos en Gaza y Cisjordania sería una buena idea (el 41% estaba en contra y el 30% no sabía).
Tres años después, el periódico encargó a YouGov una encuesta específica acerca del problema del boicot cultural, en la que el 27% de encuestados estuvo de acuerdo que los artistas británicos no deberían actuar en Israel (el 17% dijo que los artistas israelíes no deberían ir a actuar a Reino Unido).
Otra encuesta interesante a tener en cuenta: el año pasado, en encuesta de Ipsos MORI a judíos británicos, el 24% dijo 'sí' a la siguiente cuestión: "Estaría dispuesto a apoyar algunas sanciones contra Israel si pensase que alentaría al gobierno israelí a participar en el proceso de paz".
Basado en todo esto, junto con las encuestas anuales encargadas por BICOM en los últimos tres años, entre el 6 y el 30% de los adultos británicos boicotean a Israel o apoyan esta medida, más cercano a la cifra superior de ese porcentaje.
Sin embargo, incluso tomando las cifras más bajas - difundidas por cuestiones hechas por un grupo de presión israelí - aún hay varios millones de adultos británicos que apoyan el boicot a los bienes y productos israelíes.
Sin embargo, ese no es el mensaje que quiere difundir BICOM. De hecho, las preguntas acerca del boicot que propuso la organización sugieren que este grupo está más interesado en anotar puntos de propaganda que en conseguir una evaluación realista acerca de la opinión del pueblo británico acerca del boicot.
BICOM y los intereses de The Jewish Chronicle necesitan demostrar a sus propios electores (entre los que se encuentran extremistas cada vez más vocales) de que están haciendo un buen trabajo a la hora de combatir el activismo solidario con palestina, y, al mismo tiempo, de demostrar que aún queda trabajo por hacer (por ejemplo, informar a los donantes).
Así, al igual que el año pasado, las encuestas de BICOM sugieren una nerviosa presión pro-Israel, y un apoyo al BDS entre el público británico - y, como sabe BICOM, millones de apoyos al boicot son un suelo fértil para una campaña significativa.