Un grupo egipcio de derechos humanos que trata a las víctimas de la tortura no pudo acceder a sus fondos el jueves y se encontraron con que su cuenta había sido bloqueada, según denunció su abogado a la agencia Reuters.
Taher Abu al-Nasr, que representa el Centro Nadeem para la Rehabilitación de las Víctimas de la Violencia y la Tortura, dijo que uno de sus empleados no fue autorizado a cobrar un cheque para el centro, para después ser informado por un gerente de que el Banco Central de Egipto había ordenado la suspensión de su cuenta hasta que se registrasen como una organización no gubernamental en el Ministerio de Solidaridad Social.
Nadeem asegura que están registrados como una clínica en el Ministerio de Salud y no necesitan registrarse como una ONG.
"No pudimos cobrar un cheque hoy. No sabemos exactamente lo que pasó; si nuestros activos están congelados o nuestra cuenta se cierra o qué. Intentaremos obtener la orden escrita el domingo cuando los bancos abran", dijo Abu al-Nasr.
Las autoridades egipcias niegan las acusaciones de grupos de derechos humanos y activistas de que las fuerzas de seguridad encarcelan a población inocente y se cometen torturan en centros de detención secretos.
Amnistía Internacional condenó la medida contra Nadeem, diciendo que la ONG proporciona a cientos de víctimas de tortura servicios vitales, incluyendo asesoramiento y asistencia legal.
"Esto evidencia el desprecio asustadizo de las autoridades egipcias hacia los que son percibidos como críticos. Al congelar los activos financieros de Nadeem, las autoridades están impidiendo que el centro lleve a cabo un trabajo crucial para proporcionar atención a los supervivientes de una violencia horrible", dijo Philip Luther, director de Investigación y Defensa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
El gobierno ya había ordenado el cierre del centro en febrero sin dar una razón oficial. Fuentes del Ministerio de Salud en ese momento dijeron que los miembros de Nadeem cometieron "irregularidades no especificadas".
El centro impugnó la orden en la corte y actualmente todavía opera.