Un proyecto de ley que prohíbe a los activistas del movimiento BDS (acrónimo de "Boicot, Desinversiones y Sanciones" contra Israel) entrar en territorio israelí ha pasado este lunes su primera fase en la Knesset (el parlamento israelí) de cara a su aprobación definitiva. Si el proyecto de ley se aprueba, permitirá al Ministerio del Interior hebreo denegar la entrada a Israel a todos los activistas de la campaña BDS, así como a cualquier representante de cualquier organización que boicotee al Estado sionista.
Según el diario Times of Israel, el Ministerio tendrá la posibilidad de hacer excepciones a esta norma, pero no especificó en qué criterios se basarían las mismas.
Esta normativa busca entorpecer el trabajo de los activistas pro-Palestina, que luchan contra la vulneración de los derechos individuales y nacionales de los palestinos por parte de Israel, así como para pedir el fin de la brutal ocupación militar israelí de los territorio palestinos. También a aquéllos que apoyen el boicot a los productos elaborados en los asentamientos ilegales israelíes de Cisjordania -un llamamiento acorde a lo que indica la legalidad internacional- les será denegado el acceso a Israel.
Este proyecto de ley se produce ante el éxito internacional del movimiento BDS. En respuesta, el gobierno israelí aprobó dedicar una suma de 30 millones de dólares para lanzar una campaña oficial anti-BDS.