Se avecinan dos elecciones cruciales en Europa: Alemania y Francia elegirán a su canciller y a su presidente, respectivamente, en 2017. En el caso de Francia, hay varios candidatos presidenciales potenciales, incluyendo el presidente en funciones, François Hollande, del Partido Socialista. Nikolas Sarkozy y Alain Juppe son los dos candidatos principales de la nominación del partido de Los Republicanos, y uno de ellos es el favorito a ganar la presidencia en 2017.
Mientras tanto, Marine Le Pen, la líder del Frente Nacional de extrema derecha, también es candidata al cargo principal. De momento, las encuestas no la colocan al frente, pero, después de lo espectacular de los resultados del referéndum del Brexit en Reino Unido y de los de las elecciones presidenciales de EEUU, las encuestas han demostrado ser poco fiables.
En Alemania, la canciller Angela Merkel ha declarado que se presentará a un cuarto mandato como líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU, por sus siglas en alemán) en 2017. Su partido, UDC, tendrá que reunir suficiente representación en el Bundestag para que pueda ser elegida. Bajo la cancillería de Angela Merkel, Alemania es crucial para el nuevo orden político global, especialmente ante el auge de las políticas de derechas en Europa y la elección de Donald Trump en EEUU.
La imagen positiva de Alemania como uno de los mayores exportadores mundiales de filantropía, eficiencia y profesionalidad ha hecho del país un punto de referencia para los demás. Se ha convertido en un sinónimo de perfección debido a la buena calidad de los productos y servicios que el país sigue suministrando al mundo. Sus éxitos económicos y políticos le han otorgado un liderazgo por defecto en el mundo.
Sin embargo, el auge de las políticas de derechas amenaza la estabilidad política del mundo, especialmente en Europa. El número de ataques de odio racial contra inmigrantes está ganando impulso, y la reacción negativa a este fenómeno podría llevar a una reacción violenta, ya que las víctimas buscan defenderse, lo que a su vez puede conducir a un estado generalizado de conflicto civil. Las tensiones que se perciben en las calles de las capitales europeas sugieren que el país es una bomba a punto de explotar. Los europeos se están volviendo incluso en contra de los turistas, que de alguna manera se agrupan con los demás "indeseables". El liderazgo de Merkel es esencial para hacer retroceder a estos extremistas y evitar conflictos mayores.
El papel político de Alemania también aumentará su importancia en Oriente Medio. Ha demostrado su liderazgo al asumir responsabilidad e involucración política en los tres frentes de la región.
En primer lugar, hace poco recibió a miles de refugiados sirios, lo que contribuyó enormemente al perfil de Alemania en Oriente Medio. Alemania se ha convertido en una de las principales partes interesadas en resolver la crisis de refugiados sirios y en su política, y, consecuentemente, será parte integrante de los futuros acuerdos políticos en Siria. El desafío de los refugiados es el tema de mayor división en Europa y la mayor amenaza a la cohesión europea. La política de refugiados de "puerta abierta" adoptada por Alemania consolidará la relación del pueblo alemán con Siria, aumentando las interacciones e intercambios entre culturas. Esta nueva realidad probablemente culminará en el crecimiento de la cooperación económica entre Alemania y Oriente Medio.
En segundo lugar, el gran número de inmigrantes turcos en Alemania, impacientes con la política del presidente Recep Tayyip Erdogan, han involucrado involuntariamente a Alemania en la política de otro país más de la zona: Turquía. Las contestaciones y polarizaciones políticas en Turquía se han extendido a Alemania. Por lo tanto, probablemente Turquía y Alemania sigan golpeando cabezas, mientras Turquía intensifica sus esfuerzos para luchar contra los que llama "terroristas gulenistas", muchos de los cuales residen en Alemania. Además, la fuerte representación kurda en Alemania ha hecho del país un interesante campo de movilización política.
En tercer lugar, Alemania también será clave a la hora de salvar el acuerdo nuclear del P5+1 con Irán. Donald Trump ha declarado que rechazará el acuerdo cuando llegue al poder en enero de 2017. Alemania, como miembro clave de la UE y como patrocinador del acuerdo, es probable que ejerza presión para salvarlo.
Oriente Medio tendrá que afrontar dificultades para avanzar. La agresión de Rusia en Siria y la elección de Trump se añadirán a la crisis de refugiados. En algún momento, Alemania, como el mayor anfitrión de refugiados de Europa, tendrá que contribuir a la solución. La alianza entre Rusia, Irán y una próxima postura impredecible de EEUU bajo la presidencia de Trump; podría empeorar la situación en Siria. Una Europa bajo el liderazgo de Alemania es importante para contrarrestar el equilibrio en esta nueva organización del poder global.
Como conclusión, la caída de la política global está depositando todas sus esperanzas en Alemania, particularmente en la canciller Merkel. Su liderazgo en Europa durante la caída económica y durante la crisis de refugiados la han hecho indispensable. A esto se añade la inminente salida de la escena política global del presidente Barack Obama. Aunque muchos han argumentado que la primera ministra británica, Theresa May, trae esperanza a la política global y podría complementar el excepcionalismo de Merkel; su mandato político, que es la ejecución del Brexit, la descalifica, y se suma al pesimismo político global.