El Comité de Política Monetaria del banco dijo que decidió elevar la tasa de interés al 8% desde el 7,5% en el primer movimiento de este tipo desde principios de 2014 y aparentemente en contradicción directa con los deseos del presidente Recep Tayyip Erdogan.
La lira perdió el 10% de su valor frente al dólar americano este mes debido a las crecientes dudas sobre el crecimiento de la economía turca y los temores de inestabilidad debido a una serie de ataques terroristas.
Las dudas también están desencadenadas por las tensas relaciones de Ankara con la UE y Estados Unidos, que sólo han empeorado desde el fracasado intento de golpe de Estado, del que Turquía culpa al Movimiento Hizmet encabezado por Fethullah Gülen.
Gülen ha vivido en el exilio auto-impuesto en los Estados Unidos durante muchos años y él y su movimiento ahora son considerados terroristas en su país de origen. La negativa de Estados Unidos a entregarlo a Turquía ha deteriorado las relaciones.
Aunque el Banco Central es técnicamente independiente, su decisión se tomó después de una serie de reuniones políticas de alto nivel relacionadas con la política económica, incluida una reunión celebrada en el palacio presidencial de Erdogan el miércoles.
El banco explicó su decisión al señalar que los movimientos del tipo de cambio debido a la reciente incertidumbre y volatilidad mundial aumentaron los riesgos sobre las perspectivas de inflación.
La inflación alcanzó el 7,16% en octubre, cifra muy superior a la meta del 5% fijada por el banco.
Erdogan siempre ha presionado para mantener las tasas de interés bajas, a fin de motivar el crecimiento, y alentar a las empresas a pedir préstamos.
La lira recuperó algo del valor que perdió inmediatamente después de que se anunciara la decisión, subiendo un 0,74 por ciento frente al dólar am ayer.