Palestina ha perdido a uno de sus mejores y más viejos amigos con la muerte del expresidente y líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz. Pocos líderes, con la excepción del sudafricano Nelson Mandela, habían dado un apoyo tan decidido e incondicional al pueblo palestino y a sus décadas de lucha por la justicia.
Fidel ofreció asilo y apoyo al líder de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasser Arafat, en 1974, dejando claro a todo el mundo que su lealtad y su ayuda estarían siempre del lado del pueblo palestino. El revolucionario cubano recibió y abrazó al líder palestino como a un amigo en La Habana, y dio su mano tendida a un pueblo cuya causa no era tan popular como lo es hoy. Arafat y Castro se reunieron otra vez en 1994, durante la ceremonia de celebración del estreno de su amigo común, Nelson Mandela, como presidente de Sudáfrica.
Un año antes de su histórica reunión con Arafat, las relaciones de Cuba con Tel Aviv se habían desplomado como reacción a la guerra árabe-israelí de 1973, durante la cual Castro rompió las relaciones diplomáticas con Israel. Los partidarios del estado sionista, incluido el senador texano Ted Cruz, se pusieron furiosos cuando el presidente estadounidense Barack Obama anunció el restablecimiento de las relaciones con Cuba el año pasado y la reapertura de la embajada estadounidense en La Habana. Cruz describió este movimiento como una "bofetada en la cara" a Israel.
En junio de 2010, Castro despreció públicamente a Israel cuando afirmó que la esvástica nazi se había convertido en la insignia nacional israelí, después de su último ataque brutal contra los palestinos de Gaza. El ex presidente cubano hizo una comparación directa con la Alemania nazi al decir que era obvio que Israel "no vacilaría" en enviar a 1.5 millones de palestinos de Gaza a "los hornos crematorios".
"El odio del Estado de Israel hacia los palestinos es tal que éste no dudaría en enviar a 1,5 millones de hombres, mujeres y niños a los mismos hornos crematorios en los que fueron asesinados millones de judíos de todas las edades", dijo Castro a los medios de comunicación locales. Fidel siempre expresó su ira y su condena contra las diversas ofensivas militares israelíes contra Gaza, y contra el asalto de la flotilla de ayuda humanitaria "Marvi Marmama" con destino a Gaza en 2010, en la que 10 activistas por la paz fueron asesinados por comandos israelíes en aguas internacionales.
Hace dos años, Castro firmó un manifiesto internacional de solidaridad con Palestina que exigía que Israel respetara las resoluciones de la ONU y pusiera fin a su ocupación militar de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. El documento, elaborado por un grupo de intelectuales y políticos, fue titulado "En defensa de Palestina". El presidente de Bolivia, Evo Morales, el artista argentino Adolfo Pérez Esquivel, la bailarina cubana Alicia Alonso y la escritora estadounidense Alice Walker estuvieron entre los firmantes del manifiesto, promovido por la Red de Defensa de la Humanidad. En ella se exigía a los gobiernos del mundo que obligaran a Israel a acatar la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada después de la Guerra de los Seis Días de 1967, en la que se dice que Israel debe retirarse de los territorios que ocupó durante el conflicto.
La mayoría de los obituarios publicados en los principales medios de comunicación probablemente pasarán por alto las críticas de Castro a Israel y su apoyo a los palestinos -o incluso las obviarán totalmente- concentrándose en los acontecimientos de 1962 durante la llamada "crisis de los misiles". Fue entonces cuando Castro aceptó una petición del líder soviético Nikita Khrushchev de ubicar misiles nucleares de rango medio en Cuba.
Esta cuestión fue revelada a la inteligencia estadounidense por el diplomático y espía Nir Baruch, de la Embajada de Israel en La Habana, y corroborado después a través de fotografías tomadas por aviones espías estadounidenses. El presidente John F. Kennedy estableció entonces un bloqueo naval sobre la isla y los misiles finalmente fueron trasladados a cambio de la promesa de EE.UU. de no invadir y ocupar Cuba en el futuro. El acuerdo no impidió que Washington impusiera sanciones y un brutal bloqueo económico contra Cuba durante los siguientes 50 años, y que aún asfixia a la isla.
Castro cayó enfermo en 2006 tras someterse a una operación y transfirió las riendas del poder a su hermano menor Raúl. En 2008, el traspaso se hizo permanente y Raúl se convirtió en presidente de Cuba. En 2011, Castro se retiró oficialmente de la política, aunque siguió activo en su apoyo al pueblo palestino hasta el final.
Palestina ha perdido un gran amigo y Cuba a un gran líder revolucionario. Me temo que es poco probable que encontremos a otra persona de la talla de Fidel en el futuro.