Un sirio que se dedicaba a disfrazarse de payaso y actuar para distraer a los niños de Alepo murió ayer en un ataque aéreo.

Anas Al-Basha murió después de que un misil explotara en el área de Mashhad en el este de Alepo.

Al-Basha, de 24 años, fue director del centro de caridad Espacio para la Esperanza, que es una de las muchas iniciativas locales que operan en condiciones inenarrables para proporcionar servicios sociales en Siria.

El innovador trabajo de caridad incluye el apoyo a 12 escuelas y cuatro centros de apoyo psicosocial en el este de Alepo, donde hay en total asistencia psicológica y apoyo financiero para alrededor de 365 niños que han quedado huérfanos por los combates.

Al-Basha fue el último de su familia que permaneció en Alepo después de que sus padres dejaran la ciudad el verano pasado, antes de que el régimen de Assad comenzara su asedio. Él eligió permanecer en Alepo e invertir en su hogar en el campo y se casó hace tan solo dos meses.

Samar Hijazi de Espacio para la Esperanza, lo describió como "un amigo que amaba trabajar con niños. Él representaba escenas para que los niños pudiesen romper las barreras que los rodeaban".

Aquellos que todavía permanecen en Espacio para la Esperanza han suspendido su trabajo después de haber quedado "exhaustos".

"Todos los que trabajamos en el campo de cuidado y animación con niños estamos agotados; tenemos que encontrar fuerzas para proporcionar apoyo psicológico y continuar con nuestro trabajo", explicó Hijazi.