Tras el recuento y la investigación realizada por las fuentes policiales, 38 personas – entre ellas 30 policías- han sido asesinadas y 155 heridas.
Hoy domingo, se ha declarado día de luto oficial por el Estado y han comenzado los funerales de algunas víctimas.
En la Dirección General de Policía de Estambul, ha tenido lugar una ceremonia en honor a los policías caídos, el ministro de Interior, Süleyman Soylu, ha prometido dar con los culpables.
Los hechos se produjeron en torno a las diez y media de la noche ( hora local). Un coche bomba se estrelló contra un coche policial, cerca de Vodafone Arena, el estado del equipo de fútbol de Besiktas. El partido que se jugaba ya había terminado. Por la proximidad con el estado algunos analistas se inclinan por la autoría de los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK).
Otro atentado se produjo en el parque Macka, según las autoridades, por un kamikaze.
Después de las explosiones, las autoridades bloquearon rápidamente los accesos al estado. Decenas de policías armados con metralletas impidieron el acceso, así mismo, un helicóptero sobrevolaba la zona.
Algunos testimonios afirman haber escuchado disparos de fuego justo después de las explosiones.
A pesar de que el viceprimer ministro de Turquía y portavoz del Gobierno, Numan Kurtulmus, ha señalado al PKK ( Partido de los Trabajadores del Kurdistán) como responsable del doble ataque, todos los partidos del Parlamento han condenado el atentado, incluido el partido prokurdo, Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP), acusado por el gobierno de sr una marioneta del PKK. “Condenamos con severidad estos atentados, nos entristece y acompañamos a las familias en su dolor”, afirmó el HDP en un comunicado.
Algunos medios y analistas, han llamado también la atención sobre que el atentado se produjese pocas horas después de la presentación en el Parlamento, por parte de los islamista, un proyecto de reforma constitucional pactado con los ultranacionalistas. La aprobación de este proyecto convertiría a Turquía en un país presidencialista, idea que disgusta a los opositores.