Desde 2011 en Siria se está librando un cruento enfrentamiento, disfrazado de guerra civil, entre potencias internacionales.
La intensa lucha entre potencias regionales e internacionales ha dejado miles de víctimas, la mayoría de ellas civiles. Además de los muertos también ha habido desplazamientos internos y emigraciones.
Alepo, capital económica de la devastada Siria, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Ahora la ciudad está prácticamente reducida a escombros. Además, la parte oriental de la ciudad, bajo control del Presidente, se ha convertido en una orgía de sangre avivada por la participación de la potencias internacionales que defienden sus intereses.
Carlo Ohanian, propietario de un restaurante de Alepo, ha fotografiado la ciudad mostrando los estragos que seis años de enfrentamientos ha causado en ella.
"Hoy en día, todo es una pesadilla", dijo Ohanian al Independent.
Muchos de los vestigios y monumentos de la ciudad histórica, así como otros lugares de interés han sido devastados. El minarete del s. XI de la Mezquita Omeya fue, igualmente, destruido. La Medina, una de las más antiguas y grandes del mundo, también ha notado de manera latente el paso de la guerra, que aún no ha acabado. Los mercados, también han sido destruidos por las llamas y los ataques de metralla.