Decorado con antiguos objetos de colección, como viejas cerámicas y ollas de cobre, el restaurante Citadel, en el centro de la Franja de Gaza, atrae las miradas y los estómagos de los habitantes de Gaza por todo el enclave costero.
El restaurante Citadel era muy famoso en Alepo, Siria, gracias a sus platos especiales. Ha atendido a miles de refugiados sirios y palestinos durante años. Sin embargo, un par de años después de que comenzara la revolución siria, el negocio comenzó a decaer y su propietario decidió trasladarse.
Sentado en medio de su nuevo restaurante en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, el chef Anas Qaterji contó: "Después de sufrir mucho, al fin podía cumplir mi sueño de abrir mi restaurante en otro lugar similar a mi Alepo natal."
El joven de 29 años explicó que para él fue difícil desplazar algunos de sus objetos de colección desde su localización original en Alepo hasta Gaza.
Entre su colección hay figuras de arcilla, ollas de cobre y antigüedades con más de 100 años a sus espaldas. "Desplazar estos objetos desde Alepo hasta Gaza me costó más de 3.500 dólares."
La llegada a Gaza
Cuando Qaterji empezó a planear su huida de los duros bombardeos del régimen sirio y de las violentas batallas entre la oposición y las fuerzas del régimen, le costó tomar la decisión acertada.
"Tenía la opción de irme a Europa y a otros sitios," dijo "todas las opciones suponían mucho peligro."
"Sin embargo, cuando supe que podía irme a la Franja de Gaza, decidí inmediatamente tomar esa decisión, pensando que aquí me encontraría con una ciudad parecida a mi ciudad natal. Creí que Gaza se parecía a Alepo."
Tras llegar a Gaza, Qateji contó: "Me costó mucho adaptarme debido al estricto asedio israelí, que afecta a todos los ámbitos de la vida en el enclave costero. Sin embargo, dejé mi casa para vivir, no para morir."
El sabor de Alepo
Tras conocer a su mujer en Gaza, la vida de Qaterji empezó a cambiar. "Después de este giro en mi vida, decidí hacer algo para ganarme la vida, ahora tenía una familia," contó a MEMO.
"Junto a varios amigos de Gaza, mi mujer me animó y abrimos el Citadel. Buscamos un sitio, y decidimos establecerlo en la zona central de la Franja de Gaza, para así resultar accesibles a ciudadanos del norte y del sur."
"Gracias a dios, conseguí alquilar un local y renovarlo según con mis necesidades. Decidí decorarlo de manera parecida a como era Alepo, y así sentirme como en casa."
"A los habitantes de Gaza les gustan mucho los platos sirios y el sabor real de Alepo", dijo.