Los diputados sudaneses votaron ayer para restaurar el puesto de primer ministro, que fue depuesto después de que el presidente Omar Al-Bashir llegara al poder en un golpe de 1989.
La decisión de delegar poderes limitados a un primer ministro es una de las reformas propuestas por un consejo de diálogo nacional entre el gobierno de Bashir y varios grupos de oposición.
La abolición del cargo fue uno de los primeros movimientos de Al-Bashir después de haber protagonizado un golpe sin sangre contra Sadiq Al-Mahdi con la ayuda del cuñado de Mahdi, Hassan Al-Turabi.
En octubre, Bashir concluyóla conversaciones de un año cuyo objetivo era resolver las insurgencias en las regiones fronterizas de Sudán y sanar la economía menguante del país, que ha sido dañada por años de disturbios civiles.
El presidente presentó un "documento nacional" como marco para una nueva constitución. La constitución condujo a la enmienda de ayer, que fue aprobada por 387 de un total de 425 miembros del parlamento presentes.
Aunque da al primer ministro el control del "poder ejecutivo", el presidente seguirá teniendo el poder de destituir al gobierno actual y formar un nuevo gobierno.
Sudán sigue funcionando con una constitución de transición que fue adoptada por primera vez en 2005 antes de la división del país en Sudán del Norte y del Sur en 2011 después de dos décadas de guerra civil.