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Sí, 2016 fue un mal año. El que viene podría ser peor

Un grupo de personas se reúne durante una protesta contra los ataques de las fuerzas del régimen de Assad contra la ciudad de Alepo y ante la situación humanitaria en Alepo, el 14 de diciembre de 2016 en París, Francia [Mustafa Sevgi / Agencia Anadolu]

El asesinato del embajador ruso en Turquía la tarde del lunes 19 de Diciembre ha sido comparado automáticamente por algunos con el asesinato del archiduque Francis Ferdinand en 1914, pero es casi seguro que no desencadenará un conflicto como el de la I Guerra Mundial. Sin embargo, el ataque letal de un camión en Berlín que acabó con la vida de 12 personas aumenta la posibilidad de otro choque político en Europa.
El año que ya termina parece seguir lanzando sorpresas inesperadas y, a veces, violentas, hasta su último día. Si 1989 - el año en el que cayó el muro de Berlín - fue el momento en el que la globalización, la democracia liberal y la visión de occidente de la modernidad estaban destinadas a triunfar, puede que 2016 sea visto como el año en el que cambiaron las tornas y todo se vino abajo.
Puede que sea una afirmación exagerada. Sin embargo, las sorpresas electorales del Brexit y de Donald Trump - así como otras docenas de ejemplos por todo el mundo - son recordatorios de cuánto consenso ha desentrañado. El año que viene podría ser testigo de un paso atrás hacia la moderación. Pero también podría ver cómo las cosas se descontrolan.
El atentado en el mercado navideño de la capital alemana ha hecho más probable el regreso de la extrema derecha al gobierno de Alemania - incluso aunque aún parezca improbable que suceda en las elecciones nacionales del próximo año. Las muertes en Berlín también aumentan la posibilidad de la elección de la líder del Frente Nacional de extrema derecha, Marine Le Pen, en las elecciones presidenciales francesas de 2017.
Por supuesto, es posible que las fuerzas moderadas se recuperen el año que viene - como vimos en las elecciones presidenciales de Austria, no sólo han ganado los extremistas este año.
Aún así, lo que 2016 ha demostrado realmente es que ya nada es impensable - o, al menos, que una serie de opciones antes creídas imposibles ya son mucho más probables de lo que cualquiera hubiese pensado.
También está claro que aún están por ver las verdaderas implicaciones de todo lo que ha pasado en 2016. El presidente electo Donald Trump aún no está en la Casa Blanca, pero él - y, sobre todo, su cuenta de Twitter - ya están provocando fuertes efectos.
Es difícil predecir exactamente lo que pueda significar eso, pero, de momento, parece que se tratará de una presidencia muy distinta. Por supuesto, también puede suponer mejores relacines con Rusia - los comentarios de Trump sobre las consecuencias de los ataques del lunes vincularon explícitamente el ataque en Ankara con el de Berlín, y sugirió que pretende conseguir una colaboración mucho más estrecha con Rusia, especialmente a la hora de luchar contra la militancia islamista. Puede que esto también implique alguna gran negociación respecto a Siria, sobre todo tras la caída de Alepo, que hace casi imposible una victoria de la oposición.
Sin embargo, puede que una administración de Trump se encuentre rápidamente con desacuerdos con China. La disputa de la semana pasada sobre la captura de un dron submarino estadounidense en el sur de China puede ser una señal de lo que se avecina.
Después de todo, en los últimos 25 años, lo único que ha consolidado a Pekín en el sistema internacional ha sido que se ha beneficiado mucho de ser parte de un sistema de comercio internacional cada vez mayor - algo que Trump claramente intenta frenar o desmantelar completamente.
Si la Primera Ministra británica, Theresa May, cumple su palabra, en 2017 el Brexit se llevará realmente a cabo, en la medida en que Reino Unido aplicara el Artículo 50 y abandonará la Unión Europea.
Nadie sabe realmente lo que esto supondrá. En parte se debe a que nadie tiene ni idea de cómo será políticamente el continente europeo a finales del año que viene. Se encuentre o no al autor, el atentado de Berlín probablemente aumentará la presión política sobre la canciller Angela Merkel acerca de su política de inmigrantes, así como los atentados en Francia han impulsado al Frente Nacional de Le Pen.
Por ahora, parece poco probable que Alternativa para Alemania - el partido de extrema derecha que ha llegado este año al tercer puesto en votos en varios estados clave de Alemania - pueda derribar a Merkel. Pero el partido podría arreglárselas para que sea reemplazada por una figura más moderada, ya sea parte de su partido o de otra de las corrientes políticas.
El movimiento europeo hacia la extrema derecha no es inevitable; el fracaso de la extrema derecha austriaca en las elecciones presidenciales lo demuestra. Aún así, existe la posibilidad de que Francia, Alemania y otros Estados puedan ser testigos de cómo la extrema derecha toma el control, haciendo del continente un lugar muy diferente.
Más que nada, parece que n 2017 veremos un gran golpe al ideal europeo - que se ha extendido mucho más allá - de fronteras y comercio abiertos. Puede que la propia UE no sobreviva a eso.
En este caso, tampoco podría resistir el tema de la siempre complicada moneda única. A principios de mes, el referéndum italiano dejó a su gobierno en crisis, con la perspectiva real de que el movimiento anti-europeo "Cinco Estrellas" pueda llegar al poder. La salida de Italia podría significar el fin del euro - al menos, haría parecer al Brexit un tema de menor importancia.
Mientras tanto, en el flanco oriental de Europa, Rusia espera - y a veces interfiere para agitar el caos político y hacer las cosas a su manera. Tras la victoria de Trump, el futuro a largo plazo de la OTAN también es confuso.
Entre todas las preocupaciones acerca de un conflicto repentino tras el asesinato en Ankara el lunes, es particularmente sorprendente que Turquía, Rusia e Irán dejasen claro que tenían una causa común y que la reunión en Moscú sobre Siria seguía en pie. Puede que Turquía aún no sea miembro de la OTAN, pero también se está acercando a Vladimir Putin bajo el mandato del presidente Recep Tayyip Erdogan.
Ha sido un año complicado. No cuenten con que 2017 vaya a ser más fácil.

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