Militantes del Daesh pretenden lanzar ataques químicos en masa contra Reino Unido y otros lugares de Europa, declaró el ministro de Seguridad británico a un periódico el pasado domingo.
Ben Wallace también dijo que las autoridades británicas temían que, mientras el grupo militar es expulsado de sus fuertes en Oriente Medio, – como en la ciudad iraquí de Mosul - los británicos militantes del grupo puede que regresen a casa y supongan una amenaza nacional.
“La intención del ISIS o Daesh es, seguro, provocar ataques en masa”, declaró Wallace al Sunday Times.
No tienen ninguna objeción moral a la hora de usar armas químicas contra la población, y, si pudiesen, lo harían en este país. Las cifras de víctimas que podrían causar serían el peor temor de todo el mundo.
La entrevista no informa de que se halla identificado ningún plan químico específico, pero los servicios de seguridad se han estado entrenando para estar preparados ante esta posibilidad.
Daesh usó gas de mostaza de azufre en un ataque a la ciudad siria de Marea en agosto de 2015, según el organismo de control global de la Organización por la Prohibición de las Armas Químicas.
Wallace habló del desmantelamiento de una célula del Daesh en Marruecos en febrero como prueba de la intención del grupo de llevar a cabo ataques químicos en otros lugares.
Las autoridades marroquíes desmantelaron una célula con armas químicas. Incautaron sustancias tóxicas químicas y biológicas y una gran cantidad de fertilizante. Las sustancias podrían haberse usado para construir explosivos caseros, o haberse convertido en una toxina mortal.
Se cree que, desde el comienzo de la guerra civil siria, unos 800 británicos han viajado al país, muchos de ellos para unirse al Daesh. Unos 100 han sido asesinados.
Nuestra gran preocupación es si Mosul y todas las demás bases caen. Sabemos que hay una cifra significativa de personas luchando junto al Daesh en Siria. Seguramente quieran volver a casa.
En un artículo publicado en el Sunday Telegraph citó al jefe del regulador británico de ONGs, quien declaró que los informes de vínculos entre las organizaciones y el extremismo se habían triplicado en los últimos tres años, rompiendo un récord.
La Comisión de Caridad hizo 630 declaraciones a la policía en 2015/2016 debido a “acusaciones hechas… sobre el abuso de las ONGs con fines terroristas o extremistas, incluyendo preocupaciones sobre organizaciones operativas en Siria y otras zonas de alto riesgo”, cita el artículo.