Cada 2 de Enero, se celebra en Granada ( Andalucía, España) un acto institucional, encabezado por el Excelentísimo Ayuntamiento de la ciudad, para conmemorar la expulsión de miles de granadinos por los Reyes Católicos de Castilla y Aragón.
La expulsión y el genocidio de los granadinos por los Reyes de Castilla, se celebra a principios de año, en dicho acto institucional, pero es recordado cada día del año con la placa conmemorativa que descansa al pie de la bandera del Triunfo, un parque de la ciudad, con la inscripición " Granada, 1492, sello de la unidad de España". Así, se recuerda a sí mismo el Estado que fue fundado sobre la exterminación de la diferencia.
Entre 1482 y 1492, cuando aún no existía la idea actual de España, la corona de Castilla y Aragón estuvo en guerra con el Reino Nazarí de Granada. Los ejércitos castellanos eran cristianos, mientras que el Reino Nazarí vivían granadinos de diferentes confesiones, si bien el islam era la religión mayoritaria, junto a unas numerosas minorías judía y cristiana. El conflicto se saldó con las famosas Capitulaciones de Santa Fe, localidad de Granada fundada a la sazón. Mediante este documento, los Reyes de Castilla y Aragón se comprometían a respetar a los ciudadanos nazaríes, su lengua, su religión y sus costumbres, una vez que el monarca Boabdil I les entregara las llaves de la ciudad a los vencedores del conflicto. Esta cláusula no se respetó y tras la conquista los granadinos nazaríes fueron primero obligados a abandonar su religión, lengua y costumbres (1505) y finalmente expulsados de sus casas o quemados en la hoguera (1606). Esta expulsión y el genocidio es lo que se celebra cada año en Granada.
El acto, considerado vergonzoso por muchos granadinos, suele ser amenizado por grupos de ultra-derecha provinientes de todo el Estado Español que ondean banderas preconstitucionales y cantan lemas islamófobos y racistas, protegidos por las fuerzas de seguridad que suelen servir de barrera protectora contras los ataques verbales de algunos vecinos que se acercan a la celebración para protestar contra la exaltación de la barbarie.
Muchas plataformas ciudadanas se manifiestan
abiertamente en contra de la celebración de un acto tan repobable como es la exterminación de la diferencia y la expulsión de los pueblos de su tierra comparándo este acto con el proyecto sionista de la creación del Estado de Israel.
A pesar de la protestas por la exaltación anual del genocidio contra los granadinos nazaríes y de la polémica que debería suponer dicho acto, éste se lleva a cabo bajo la atenta mirada del alcalde de turno que ha de liderar la marcha. También hay un desfile militar de las fuerzas estatales recordándo quien ganó la guerra, la Corona de Castilla.
Así, en el imaginario colectivo español, la Toma de Granada significa el sello de la unidad nacional y el fin del poder musulmán en la Península, algo así como el mito fundador de España. Sin embargo, y a la luz de la historia, distintos colectivos pacifistas o andalucistas llaman la atención sobre lo que en realidad significó la Toma de Granada, que no fue sino la expulsión de miles de andaluces de su tierra y el comienzo de la persecución contra judíos, musulmanes o librepensadores a manos de la temible Inquisición. No es extraño, por tanto, que cientos de granadinos salgan a las calles a expresar su descontneto con esta celebración, porque tal y como gritaban los manifestantes, la expulsión, el genocidio o la intolerancia no son "nada que celebrar".