A pesar del alto el fuego de estipulado la semana pasada, en Siria, los ataques no han cesado y algunos informadores aseguran que se han utilizado armas químicas en algunas regiones.
Turquía y Rusia negociaron un acuerdo de alto el fuego que entró en vigor hace una semana, después de que la victoria de Moscú y Damasco en Alepo supusiese un gran revés para la oposición en una guerra que se acerca a su sexto año de duración.
En Wadi Barada, desde la semana pasada, se están produciendo enfrentamientos entre facciones armadas muy cerca del pueblo de Bseima.
Wadi Barada es un valle fértil cercano a la capital siria, Damasco, que abastece la gran mayoría del suministro de agua de la capital a través de la fuente de Ain Al-Fijah.
En Siria, se libra una guerra entre múltiples bandos desde hace más de cuatro años. El conflicto que se presenta en la televisión como una guerra civil entre los partidarios de Bashar Al Assad y los rebeldes, está patrocinado por potencias extranjeras que velan por sus intereses en la región (paso de un importante gaseoducto con salida al Mediterráneo).
Miles de civiles han muerto, sin distinción de edades, sexo, religión o edad y otros tantísimos han sido desplazados tanto dentro como fuera del país. Muchos de estos refugiados, víctimas de guerra, son tratados como terroristas en los países a los que llegan en su huída.
El posible uso de armas químicas preocupa a los diferente Observatorios para la paz.