El ex secretario de Relaciones Exteriores británico, Jack Straw, y un oficial de inteligencia jubilado podrían ser demandados por las acusaciones de secuestro y tortura de Abdelhakim Belhaj, un disidente libio que luchó contra el régimen de Muammar Gaddafi, asesinado por la OTAN.
En un fallo, la Corte Suprema británica confirmó un veredicto por el Tribunal de Apelación para permitir el recurso de Belhaj contra Straw y el ex agente MI6, Sir Mark Allen. La decisión de la Corte Suprema ha allanado el camino para que Belhaj busque justicia por su entrega voluntaria y la tortura a la que lo sometió el gobierno británico.
Belhaj, de 50 años, afirma que el MI6 ayudó a los Estados Unidos a secuestrarlo en Asia en 2004 para devolverlo a Trípoli donde fue torturado
Straw rechaza las afirmaciones de Belhaj de haber sido consciente de la entrega extraordinaria. Sin embargo, los abogados que representan a Belhaj dicen que está decidido a demandar a menos que reciba una disculpa oficial y una indemnización por los daños.
Además de Straw, el caso de Belhaj también es contra el ex funcionario del MI6 ,Allen, los servicios de seguridad del Reino Unido, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio del Interior, que han negado toda responsabilidad.
Belhaj, que fue uno de los principales dirigentes del levantamiento de la primavera árabe contra el coronel Gadafi, dice que fue secuestrado junto con su esposa embarazada, Fatima Boudchar, cuando trataban de volar a Londres para solicitar asilo.
Luego fueron devueltos por la fuerza a Libia donde Belhaj pasó seis años en la cárcel y bajo tortura. Su esposa fue liberada antes de dar a luz.
"Como secretario de Relaciones Exteriores he actuado en todo momento de una manera que es plenamente compatible con mis obligaciones legales y con el derecho nacional e internacional", dijo Straw en un comunicado.
"Nunca fui cómplice de ninguna manera en la entrega ilegal o la detención de nadie por parte de otros estados".
En su fallo, los magistrados de la Corte Suprema dijeron que la severidad de las denuncias debían ser escuchadas ante un tribunal británico debido a la probabilidad de que no fueran escuchadas en otras partes del mundo.
Después de la caída de Gaddafi, varios documentos que fueron recuperados en Trípoli fueron a su vez utilizados por Belhaj para su caso, en el que alega que fue interrogado por oficiales de inteligencia británicos durante su detención en Libia.
Los documentos también muestran que, en 2004, el MI6 se comunicó con el régimen libio sobre el destino de Belhaj después de huir del país.
En uno de los documentos obtenidos, el ex jefe de contraterrorismo del MI6, Sir Mark Allen, informó a un funcionario de inteligencia libio que la captura de Belhaj en Bangkok sólo había sido posible gracias a la inteligencia británica.
Los abogados del gobierno habían argumentado que Belhaj y Boudchar no eran capaces de demandar debido a un principio legal muy antiguo que impide que los tribunales británicos examinen las acciones de otros estados llevadas a cabo en sus propias jurisdicciones.
Los magistrados de la Corte Suprema desestimaron los intentos del gobierno por detener el juicio, afirmando que la Carta Magna estaba del lado de Belhaj y su esposa.