Mientras que los medios de comunicación centran su atención en la muerte de un militar estadounidense durante una redada en Yemen; una de las víctimas más trágicas del asalto ordenado por Donald Trump fue una niña de 8 años.
El ataque tuvo lugar este fin de semana; las fuerzas estadounidenses intentaron un asalto de “explotación de lugar” para reunir información sobre Al-Qaeda en la Península Arábiga, un grupo extremista responsable de varios grandes atentados terroristas, incluido el ataque a la sede Charlie Hebdo en París hace dos años.
Aunque la operación fue un éxito para Estados Unidos, varias fuentes yemeníes indican que los ciudadanos de Yemen han pagado un precio muy alto.
‘No llores, mamá, estoy bien’
Según varias fuentes médicas que cita Reuters, 30 personas han muerto por los ataques estadounidense, entre ellas al menos 10 mujeres y niños, en lo que parece ser un caso de fuerza desproporcionada utilizada por la unidad americana enviada a Yemen.
Entre las víctimas se encuentra Nawar Al-Awlaki, de 8 años. Nawar era hija del predicador estadounidense Anwar Al-Awaki, quien fue el primer ciudadano americano asesinado por un dron estadounidense en 2011; lo que fue denunciado por varios grupos de activistas como una ejecución extrajudicial que le negaba el derecho a un juicio justo.
Dos semanas después del asesinato de Anwar, su hijo Abdulrahman, de 16 años, murió en otro ataque de un dron estadounidense. Abdulrahman era un ciudadano de los Estados Unidos, nacido en Denver, Colorado, y tan sólo era un niño cuando murió bajo el gobierno de Obama.
Tras la muerte de Nawar, parece que ningún familiar de Anwar Al-Awlaki está a salvo, aunque sean niños y estén involucrados o no en lo que EE.UU. considere ataques terroristas.
En Facebook, el tío de Nawar y ex diputado del Ministerio de Medio Ambiente, Ammar Al-Aulaqi, dijo: “Dispararon a Nawar varias veces; una bala le atravesó el cuello. Se estuvo desangrándose durante dos horas, ya que no podíamos acceder a ayuda médica.”
Nawar siempre fue mucho más madura de lo que corresponde a su edad, y consoló a su madre mientras se desangraba: ‘No llores, mamá, estoy bien, estoy bien’; contaba el emotivo mensaje de Ammar.
“Entonces llegó la oración del alba, y su alma se alejó de su pequeño cuerpo.”
La lucha de Trump contra el ‘terrorismo islámico’
La violenta muerte de Nawar fue consecuencia de la lucha del gobierno de Trump contra el llamado “terrorismo islámico”. En su discurso inaugural, Trump juró eliminarlo de la faz de la Tierra. Trump no hizo ningún juramento respecto a otras formas de terrorismo, incluido el terrorismo estatal.
“Le dio una bala en el cuello y sufrió durante dos horas”, contó a Reuters Nasser Al-Awkaki, abuelo de Nawar.
“¿Por qué matar a niños? Esto es el nuevo gobierno de Estados Unidos – es muy triste, un crimen.”
En un comunicado, el Pentágono no habló de ninguna víctima civil, aunque un oficial militar de EE.UU. ha declarado anónimamente que no se pudieron evitar. En cambio, EE.UU. se muestra muy preocupado por la muerte de un militar estadounidense durante la operación que acabó con la vida de Nawar y muchos otros niños.
Trump, considerando la operación un éxito, declaró: “Los americanos lamentan esta mañana la pérdida de la vida de un heroico miembro del ejército durante la lucha contra el malvado terrorismo islámico”.
Otros dos soldados estadounidenses resultaron heridos cuando un avión militar estadounidense V-22 Osprey fue enviado para evacuar a varios oficiales heridos, pero fue atacado y tuvo que ser “intencionalmente destruido”, según el Pentágono.
Las redes sociales reaccionan
Las redes sociales enfurecieron por la muerte de Nawar y acusaron a EE.UU. ;
Mohammad Alrubaa, presentador y periodista árabe, twitteó: “Esta es Nawar Al-Awlaki; los marines americanos vinieron a Yemen a matarla… #TerrorismoAmericano”.
Mousa Alomar, periodista siria, twitteó: “Los marines estadounidenses mataron a Nawar Al-Awlaki y a cientos de mujeres y niños en Yemen. #ElTerrorismoAmericanoMataYemeníes”.
El político yemení Ali Albukhaiti twitteó acerca del hecho de las muchas víctimas civiles que el ejército y los políticos estadounidense justifican como “daños colaterales”: “Nawar Al-Awlaki no murió en un ataque aéreo, sino que fue alcanzada por una bala disparada a quemarropa por un marine. Es terrorismo más allá del terrorismo, pero es defendido y justificado por un medio que comercializa tales ataques.”
Aunque las incursiones como ésta en la provincia rural de Al-Bayda, al sur de Yemen, son poco habituales, Estados Unidos suele llevar a cabo ataques con drones para perseguir a individuos en lo que muchos consideran ejecuciones extrajudiciales, sobre todo de sus propios ciudadanos. Asesinan rutinariamente a civiles en estos ataques con drones que son, en gran medida, indiscriminados, pero justificados como un “acto legal de guerra” por el Departamento de Justicia de EE.UU.
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