La práctica de la mutilación genital femenina ha disminuido con creces en el norte de Irak, según declararon varios activistas el lunes, al tiempo que instaron a los líderes religiosos a usar sermones y fatwas para contribuir a erradicar el antiguo ritual.
Una encuesta realizada a casi 6.000 mujeres con hijas de entre cuatro y catorce años en la región kurda de Irak indica que casi el 45% había sido sometido a la bárbara práctica de la mutilación de los genitales, comparado con el menos del 11% entre sus hijas.
“Nos alienta mucho”, dijo Hannah Wettig, coordinadora de la campaña de Oriente Medio de Stop MGF.
“Estamos casi seguros de que podremos erradicar la mutilación de los genitales femenino en la siguiente generación, sin continuamos esforzándonos”, contó a la Thomson Reuters Foundation en el Día Internacional de Tolerancia Cero contra la MGF.
En todo el mundo, se estima que 200 millones de mujeres de al menos 30 países han sido sometida a esta brutal práctica, que está condenada internacionalmente como un abuso contra los derechos humanos.
El ritual, que causa problemas físicos, psicológicos y sexuales, se suele asociar con África, pero se practica también en zonas de Asia y Oriente Medio.
Stop MGF Oriente Medio fue creada por la ONG alemana WADI, que ha encabezado la lucha para erradicar la MGF en la zona musulmana kurda del norte de Irak desde que se descubrió en 2004.
El ritual se practica a chicas de entre cuatro y 12 años por una familiar o por un “cortador” profesional. Suelen cortar el clítoris de la chica con una hoja de afeitar, y la herida se cubre de cenizas para detener el sangrado.
El estudio, realizado por el grupo contra la pobreza Heartland Alliance, con la ayuda del gobierno de Kurdistán y de UNICEF; mostro que la religión es la razón más común que daban las mujeres para continuar practicando el ritual, a pesar de que la MGF es anterior al Islam y el Islam prohíbe cualquier autolesión.
Muchas madres también aludieron a la tradición, y muchas creen que sus hijas no podrán casarse si no se someten a la mutilación.
Los autores del estudio, cuyas conclusiones se sacaron el año pasado, pero no fueron publicados; demostraron que es crucial involucrar a los líderes religiosos en la lucha contra la MGF.
“Deberían incluir mensajes y condenar este tipo de violencia en sus comunidades locales en los rezos de los viernes y en los sermones”, dicen los autores. “Realizar una fatwa condenando la práctica… sería otro paso que podrían dar los líderes y partidos políticos religiosos.”
Los últimos años han sido testigos de un creciente impulso para erradicarla, pero las cifras siguen siendo muy altas en algunas naciones africanas.
Wetting dijo que piensa que una de las razones de la disminución de la práctica en el Kurdistán iraquí es que el gobierno regional prohibió la mutilación de los genitales femeninos en 2011.
“Es una democracia joven, y el gobierno – tras algo de resistencia – realmente apoyó esta campaña”, contó.