Salman Esso Habba, jefe de la llamada milicia de "Movilización Cristiana", parte de la organización paramilitar de las Fuerzas Populares de Movilización (PMF) declaró que se "desharían" de las tribus árabes suníes que viven en el Tel Kayf si no salían este viernes de allí.
Habba aseveró que estaba dando a las tribus suníes que viven en la zona un plazo "de 72 horas" desde el lunes para evacuar la zona, afirmando que las casas de Tel Kayf pertenecieron y han de pertenecer a los cristianos exclusivamente
En su discurso a algunos de sus hombres sentados alrededor de él en una plaza, Habba mencionó repetidamente que Irak era ahora "un Estado" que velará que las casas y los derechos de los cristianos, alegando que había sido así desde que Estados Unidos en 2003 invadió Irak
"Salman [Habba] está sugiriendo que Irak es un Estado con derechos democráticos para todos, incluyendo pequeñas minorías como los cristianos", declaró Ahmad Al-Mahmoud, analista de la organización iraquí de Relaciones Exteriores de Irak a MEMO.
"En un sistema democrático, ninguna ciudad, pueblo o aldea está cerrada a ningún ciudadano, sin importar sus antecedentes. Aparte del hecho de que las tribus árabes suníes han estado en y alrededor de Mosul durante más de mil años, nadie debería ser capaz de dictar quién vive y donde ", afirmó Al-Mahmoud.
"No estoy sorprendido [Habba] se ha vuelto al sectarismo teniendo en cuenta la empresa que mantiene dentro del Hashd Al-Sha'abi", concluyó Al-Mahmoud, usando el nombre árabe para las Fuerzas Populares de Movilización (PMF) que sirve como una organización paraguas para varias docenas de organizaciones yihadistas, respaldadas por potencias extranjeras y configuradas como un partido formal de los militares iraquíes por Bagdad.
Jefe de la milicia cristiana torturando a un niño
Un genocidio suní
Los comentarios de Habba han vuelto a plantear la idea de un genocidio perpetrado contra la población árabe sunní, que ha sido atacada específicamente por el PMF.
"Sus declaraciones son vergonzosas y lo que está insinuando es un genocidio", declaró a MEMO Sabah Al-Mukhtar, jefe de la red de abogados árabes con sede en Reino Unido y experto en derecho."Está amenazando [a las tribus suníes] no por lo que han hecho, sino por quienes son. Esa es la definición de genocidio desde una perspectiva legal".
Al-Mukhtar advirtió sobre las consecuencias a largo plazo de la limpieza étnica y sectaria de áreas enteras de las poblaciones de árabes suníes, afirmó que serían "los cristianos quienes sufrirán más que los musulmanes si esto sigue adelante, porque son la minoría [en el área]."
"La reacción de la mayoría [suní] será negativa" a largo plazo, argumentó Al-Mukhtar, y los cristianos como un todo sufrirán por las acciones de unos pocos, ya que "incluso la minoría musulmana en Reino Unido actúa como chivo expiatorio cuando un musulmán hace algo mal. El mismo efecto social existe también en Irak".
Las principales comunidades cristianas ya se han distanciado de los extremistas cristianos armados, reconociendo que sus acciones podrían poner en peligro la futura convivencia pacífica con las otras comunidades religiosas iraquíes.
En un comunicado difundido el año pasado, el Patriarcado de la Iglesia Caldea bajo el liderazgo del patriarca Mar Luis Rafael aclaró que "no tienen relaciones cercanas ni lejanas con las Brigadas Babilónicas [una milicia cristiana] ni con ninguna otra facción cristiana armada".
El objetivo son musulmanes suníes
Las atrocidades cometidas contra los musulmanes suníes de Irak han sido ampliamente documentadas por organizaciones internacionales de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human RightsWatch durante la campaña del ejército iraquí para recuperar las ciudades tomadas por los extremistas de Daesh.
Ramadi fue arrasado casi enteramente durante los combates para recobrarlo a principios del año pasado, las Naciones Unidas informaron de que la capital de la provincia de Anbar tenía 7.700 edificios dañados o totalmente destruidos. Los edificios destruidos incluían el hospital principal de Ramadi así como su estación de tren, las autoridades locales del gobierno informaron de que 64 puentes y la red eléctrica fueron eliminados.
Meses más tarde Faluya, también fue sometida a una destrucción casi total, y cientos de civiles fueron confirmados por la ONU como secuestrados por el PMF. Sólo en Saqlawiyah, una ciudad cercana a Faluya, en la provincia de Anbar, 643 hombres fueron secuestrados. Su paradero sigue siendo desconocido hasta la fecha, aunque se teme que hayan sido asesinados o detenidos en prisiones secretas donde la tortura es pan de cada día.
Más recientemente en Mosul, MEMO dio la noticia de que los niños eran golpeados hasta la muerte con martillos y torturados en la parte trasera de las camionetas a punta de pistola. También hay múltiples informes de que en estos días se siguen ejecutando a personas en las calles.
Como resultado de estas atrocidades, Amnistía ha advertido que las armas que están siendo transferidas a Irak por 17 países diferentes, incluyendo a Estados Unidos y Gran Bretaña, que luego están siendo trasladados ilegalmente a los arsenales del PMF, podrían alimentar los crímenes de guerra en Irak.
La coalición internacional liderada por Estados Unidos contra la organización de Daesh no ha logrado evitar estas atrocidades en masa y no ha censurado a sus aliados iraquíes. Esta tendencia de ignorar los presuntos crímenes de los yihadistas chiíes y del personal militar iraquí ha continuado, incluso después de que el PMF formara parte oficial de las fuerzas armadas iraquíes el año pasado y, por tanto, responsabilizara directamente a Bagdad de cualquier violación cometida por estas fuerzas.
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