Funcionarios han confirmado que el ejército estadounidense disparó miles de proyectiles de uranio empobrecido (DU) durante dos incursiones en Siria, el hecho de que la zona estuviese controlada por Daesh no justifica tal violación de las leyes internacionales.
El descubrimiento se hizo en una investigación de la revista Foreign Policy Magazine, que puso de manifiesto el uso de tales sustancias por parte de los militares estadounidenses, a pesar de las promesas hechas por Estados Unidos de no usar la munición en el campo de batalla en Irak y Siria. El uso de esta sustancia es considerado una violación de las reglas y principios básicos consagrados en el Derecho Internacional Humanitario escrito y consuetudinario.
El portavoz del Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), el mayor Josh Jacques, dijo a la Foreign Policy que 5.265 proyectiles anti-blindaje de 30mm con uranio empobrecido fueron disparados desde los aviones de la Fuerza Aérea A-10 el 16 de noviembre y el 22 de noviembre de 2015, destruyendo alrededor de 350 vehículos en el este del desierto del país.
Los ataques aéreos marcan el primer uso confirmado de este armamento desde la invasión de Irak en 2003, cuando fue utilizado cientos de miles de veces, provocando indignación entre las comunidades locales, que alegaron que su material tóxico causó cáncer y defectos de nacimiento.
La investigación recuerda que, anteriormente en la campaña, tanto la coalición como los funcionarios estadounidenses dijeron que la munición no había sido usada en las operaciones contra Daesh. Pero no estaba claro si los ataques de noviembre de 2015 ocurrieron cerca de áreas pobladas.
Efectos dañinos
En 2003, cientos de miles de disparos se realizaron en zonas densamente pobladas durante la invasión estadounidense, lo que provocó un profundo resentimiento y miedo entre los civiles iraquíes, así como la ira en los niveles más altos del gobierno en Bagdad.
En 2014, en un informe de la ONU sobre el DU, el gobierno iraquí expresó "su profunda preocupación por los efectos nocivos" del material. Las armas de DU, dijo, "constituyen un peligro para los seres humanos y el medio ambiente" e instó a las Naciones Unidas a realizar estudios en profundidad sobre sus efectos.
El uranio empobrecido es apreciado por los militares de los EE.UU por la dureza excepcional, que le permite perforar la armadura pesada de un tanque. Sin embargo, las partículas aerotransportadas pueden contaminar la tierra y el agua cercanas y representan un riesgo significativo de toxicidad, defectos de nacimiento y cáncer cuando son inhalados o ingeridos por seres humanos o animales.
Es el principal sospechoso de la condición médica conocida como el "Síndrome de la Guerra del Golfo" que afecta a los veteranos estadounidenses de la Guerra del Golfo de 1991 y algunos soldados de la paz desplegados en los Balcanes, donde también fue utilizado.