Seis años de violencia y derramamiento de sangre han generado una crisis de salud mental entre los niños de Siria, cuyo impacto se dejará sentir durante décadas, según dijo el martes la organización benéfica internacional Save the Children.
En un informe derivado de la mayor encuesta de salud mental realizada dentro de Siria durante la guerra, el grupo encontró niños cada vez más afectados por el miedo o la ira.
La mayoría de los niños, dos tercios de los cuales habían perdido a un ser querido, sus casas habían sido bombardeadas o habían resultado heridos, mostraban una gran angustia emocional y carecían de apoyo psicológico, dijo, "con sus propios padres luchando para hacer frente a esta realidad".
Los efectos iban desde la privación del sueño y la conducta antisocial hasta la autolesión y los intentos de suicidio. Algunos habían perdido la capacidad de hablar.
La investigación se basó en entrevistas en siete provincias con más de 450 niños, padres, maestros y psicólogos, principalmente en áreas controladas por rebeldes, incluyendo Idlib y Aleppo, y en Hasaka, controlada por los kurdos.
El conflicto ha causado la muerte de cientos de miles de personas, ha dejado a más de 11 millones de sirios sin hogar y ha creado la peor crisis de refugiados del mundo.
Algunos niños se vieron obligados a unirse a grupos armados para sobrevivir, dijo Save the Children.
"Ellos han visto a sus amigos y familias morir ante sus ojos o enterrados bajo los escombros de sus casas", dijo el informe. "Son la próxima generación que tendrá que reconstruir su país destrozado".
Estrés tóxico
Si no se trata, el trauma diario podría tener otras consecuencias, alterando el desarrollo del cerebro durante los años de formación y probablemente causando un aumento de los problemas de salud en la edad adulta, incluyendo la depresión y las enfermedades del corazón.
La mayoría de los niños se habían vuelto más agresivos, o mostraban algunos síntomas de trastorno de estrés postraumático, según revelaron las entrevistas.
"Mi hijo se despierta asustado en medio de la noche. Se despierta gritando", se lee en el informe citando a Firas, padre de un niño de tres años.
La falta de escuelas ha empeorado la crisis. Una de cada tres han sido reducidas a escombros, utilizadas para albergar a personas desplazadas, o convertidas en bases militares o cámaras de tortura, según dijo la organización, que citaba un maestro en la sitiada ciudad de Madaya diciendo que los alumnos "dibujan imágenes de niños asesinados en la guerra".
El informe también señaló un aumento de la violencia doméstica, jóvenes reclutados en grupos armados y niñas casadas a los 12 años.
La organización pidió más programas de salud mental en Siria, financiamiento adecuado para los recursos psicológicos y capacitación para los maestros. Pero agregó: "En última instancia, los niños necesitan acabar con la principal causa de su estrés tóxico: la violencia que sigue lloviendo sobre los pueblos y ciudades de Siria con impunidad".