Arabia Saudí anunció este viernes que ha completado todas las gestiones necesarias para que los peregrinos iraníes puedan asistir a la peregrinación anual del Hayy a la ciudad sagrada de La Meca, según informó la agencia oficial de noticias saudí SPA, una cuestión que ha creado tensiones entre las dos potencias regionales en el pasado.
La agencia de noticias explicó que las gestiones legales se completaron tras una reunión con una delegación iraní celebrada el pasado 23 de febrero.
La agencia iraní de noticias Tasnim calculaba el 5 de marzo que unos 80.000 peregrinos saldrían de Irán con destino a La Meca este año.
Arabia Saudí es el país encargado de supervisar y garantizar la seguridad de los más de dos millones de musulmanes de todo el mundo que realizan la peregrinación anual a La Meca, uno de los cinco pilares del islam que todo musulmán sano que se lo pueda permitir está obligado a realizar por lo menos una vez en su vida.
Las relaciones entre el régimen chií de Irán y la monarquía sunní de Arabia Saudí, que respaldan respectivamente a facciones rivales en varios conflictos actuales en Oriente Medio, empeoraron después de que cientos de personas, entre ellos muchos iraníes, murieran en una avalancha durante la peregrinación de 2015. Riad cifró en 769 los peregrinos que fallecieron en el desastre de 2015, el mayor número de muertos en el Hayy desde otro accidente similar ocurrido en 1990.
Tras el aplastamiento, las relaciones se deterioraron aún más después de que Arabia Saudí ejecutara a un clérigo chií, Nimr Baqir Al-Nimr, por delitos de terrorismo. En represalia, Teherán permitió a los manifestantes iraníes saquear y quemar la embajada saudí en Irán, lo que provocó el corte total de los lazos diplomáticose ntre ambas potencias regionales.
El año pasado, los iraníes no pudieron asistir a la cumbre anual de La Meca debido a la negativa de su gobierno a usar la misión diplomática suiza como intermediaria para la emisión de visados saudíes para la peregrinación.
Tras la avalancha de 2015, Irán culpó del desastre a lo que llamó la "incompetencia" de los organizadores de la peregrinación, en referencia a las autoridades saudíes.
Irán es percibido con sospechas por parte de éstas, ya que tiene una historia de provocación a las autoridades y la policía durante los ritos del Hayy.
Arabia Saudí no permite que el evento religioso sea utilizado como una plataforma para la difusión de opiniones políticas, pero Irán lo ha hecho en muchas ocasiones animando a sus peregrinos a agitar y cantar consignas asociadas con el entonces Líder Supremo de la Revolución iraní, el ayatolá Ruhollah Jomeini.
El caso más célebre ocurrió en el año 1987, cuando una protesta organizada por los iraníes en La Meca degeneró en violentos disturbios entre éstos y la policía saudí. Los peregrinos chiíes, alentados por el Irán posrevolucionario, comenzaron a organizar protestas violentas después de que las autoridades saudíes les ordenaran detener los cantos de "¡Muerte a América! ¡Muerte a la Unión Soviética! ¡Muerte a Israel!" que proferían durante los ritos religiosos.
La violencia desencandenada en este episodio acabó con la vida de 275 peregrinos iraníes, así como de 85 ciudadanos saudíes y personal de seguridad, junto a 42 peregrinos de terceros países.