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Un think-tank de EE.UU. advierte a Trump de los riesgos de su relación con Arabia Saudí

El ministro de Defensa de Arabia Saudí Mohammad Bin Salman Al Saud (D), durante su visita oficial a Riad, Arabia Saudí, el 19 de Abril de 2017, recibe al Secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis (I) (Bandar Algaloud / - Agencia Anadolu)

Los conflictos palaciegos, la incertidumbre en el sector petrolero y el optimismo prematuro sobre las iniciativas de reforma podrían poner en peligro las esperanzas de Arabia Saudí de un cambio económico transformador, según alerta un importante grupo de expertos estadounidenses.

El mismo prestigioso think-tank habría aconsejado a la administración de Donald Trump que evite provocar tensiones dentro de la familia real, especialmente por la sucesión del rey Salman, de 81 años, y que ofrezca públicamente su apoyo al proyecto económico a largo plazo que ha puesto en marcha el país (el conocido como Plan "Vision 2030") mientras procura disuadir al reino de marcarse objetivos excesivamente ambiciosos que podrían socavar el potencial del plan de reformas.

En su informe de revisión, emitido tras cumplirse un año de la entrada en vigor de las medidas del plan estatal saudí Vision 2030, el Instituto Washington para las Políticas de Oriente Medio afirma que el ambicioso plan para reducir la dependencia de Arabia Saudí respecto al petróleo y avanzar hacia una economía alternativa y diversificada está lleno de desafíos.

Así, el Instituto Washington señala en su informe que si bien todo parece sugerir que el programa es muy popular entre los jóvenes saudíes, que se sienten atraidos por la perspectiva de avanzar hacia una sociedad más liberal, al mismo tiempo varios obstáculos se ciernen sobre su viablidad: la caída persistente en los precios del petróleo; la costosa distracción financiera y política que supone la guerra en Yemen; la resistencia orgánica de los cuadros del reino al cambio, plasmada en el profundo conservadurismo de la dirección religiosa; la incertidumbre acerca de si el actual príncipe heredero se convertirá realmente en rey y, si es así, si apoyará el proyecto Vision 2030.

El Instituto cuestiona así mismo la posibilidad de cumplimiento del presupuesto, cifrado en 200.000 millones de dólares del fondo soberano del Reino. "Mientras que Riad valoró la OPI en , dejando a hordas de agentes de inversión y abogados salivando ante la posible cantidad de contratos (...) la cifra es difícil de creer". La estimación del think-tank americano es de hecho de aproximadamente la mitad de esa cantidad, al mismo tiempo que cita también un artículo del Sunday Times de Londres que ofrecía un título igualmente escéptico: "200.000 millones de dólares para el petróleo saudí? Olvídalo."

Así mismo, una "contradicción fundamental" existe en el plan, según señala el instituto. La clave de Visión 2030 es la liberalización de la petrolera estatal Aramco, pero esto implica pedir a los inversores extranjeros que pongan su dinero en el sector de hidrocarburos saudí, mientras el país parece ansioso por alejarse del petróleo como recurso económico fundamental, lo que envía un mensaje ambiguo.

Guerra en Yemen
El instituto cree que la guerra en Yemen también está menoscabando la capacidad del país de poner en marcha el plan Visión 2030. La campaña se ha estancado, costando decenas de millones de dólares diarios, mientras los militares saudíes han tenido que defenderse de constantes acusaciones de ataques a blancos civiles, lo que ha forzado a Washington a cortar el suministro de algunas municiones.

El informe también cita la reacción conservadora como un obstáculo. El autor del mismo, Simon Henderson, cree que los intentos previos de reforma en Arabia Saudí han sido cautelosamente enmarcados pero Visión 2030 rompe este molde, lo que puede conducir a una reacción religiosa y cultural adversa.

Como todos los proyectos a largo plazo, Visión 2030 se enfrenta el desafío de su propia continuidad. Y es que este proyecto está ampliamente percibido como un vehículo para canalizar la ambición personal del príncipe heredero Mohammed Bin Salman, pero no está del todo claro si el joven príncipe podrá sobrepasar a su primo mayor Muhammad Bin Nayef, ministro del Interior del reino e interlocutor clave contra el terrorismo con Washington, como sucesor del rey Salman.

En su recomendación a Trump, el instituto, que promueve los intereses estadounidenses en Oriente Medio y las políticas que los protegen, aconseja cautela, señalando las diferencias políticas entre Riad y Washington, especialmente en lo que tiene que ver con la cuestión del petróleo y la guerra de Yemen.

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