Tras las urgentes advertencias sobre la posibilidad de que Gaza sea inhabitable en 2020, un informe reciente de la del Coordinador Especial de las Naciones Unidas para el Proceso de Paz en Oriente Medio (UNSCO) ha insistido en la “necesidad urgente de resolver el profundo conflicto político entre Gaza y Cisjordania.” Sin embargo, lejos de proponer alternativas, el informe aprovecha la típica táctica de la ONU de detallar las ramificaciones del colonialismo y sólo ofrece la opción de la solución de los dos Estados.
No debería extrañarnos que el resumen ejecutivo del informe considere digno mencionar que 2017 “marca 10 años desde la toma de posesión de Hamás de la Franja de Gaza.” A pesar de abstenerse de acusaciones flagrantes, la visión del general del informe menciona a Hamás como la primera causa de conflicto, seguida de “los bloqueos israelíes, la división en Palestina y los constantes enfrentamientos”. Una vez que trata la disociación, el resto del informe es un ejercicio competente de observación, intercalada con comentarios intencionalmente engañosos.
Como siempre, el informe sobresale a la hora de describir el desastre humanitario que envuelve a Gaza, sobre todo en cuanto a los desalojos, la casi ausencia de necesidades básicas como agua y electricidad y las incesantes restricciones sobre la libertad de movimiento de los palestinos en Gaza. UNSCO menciona la educación como uno de los aspectos en los que Gaza aún sobresale, a pesar de las limitaciones; la tasa de alfabetización en Gaza subió al 97% en 2016. Aun así, las instalaciones de educación no pueden acoger adecuadamente al número de estudiantes de educación primaria – se estima que se han construido 369 escuelas nuevas en la última década. Una vez más, asociar la falta de escuelas con Hamas pone en peligro la conciencia de Gaza como un enclave que ha sido especialmente acosado por Israel debido a su resistencia. Por otra parte, la UNSCO no tiene ningún reparo a la hora de usar eufemismos convenientes cuando se refiere a los daños y la destrucción de las escuelas de Gaza. La frase “aumento de la hostilidad” proporciona una impunidad perfecta para los ataques intencionales israelíes a las instalaciones educativas de Gaza.
Dos frases separadas por menos de dos párrafos retratan una mayor disparidad. “A falta de un horizonte político, los esfuerzos para aumentar el crecimiento económico son aún más críticos para la creación de un Estado palestino independiente.” Esta declaración va seguida del dicho de la ONU de estar “dispuesta a trabajar junto a la comunidad internacional para ayudar a ambas partes a fortalecer las bases de la solución de dos Estados.”
El concepto de la comunidad internacional de responsabilidad consiste en proyectar la culpa hacia los marginados. De ahí la viabilidad – dentro de los parámetros de la ONU – de abogar por el paradigma de dos Estados y medidas temporales de ayuda mientras Gaza se deteriora cada vez más. Por mucho que la ONU pueda prosperar regurgitando los mismos requisitos obsoletos, no se puede decir lo mismo de los palestinos. La afirmación de cualquier “voluntad” dispuesta a cumplir la imposición de los dos Estados normaliza la violencia israelí y los consecuentes abusos humanitarios que llevan a este tipo de informes periódicos.
Además del reconocimiento de la implosión de Gaza, la UNSCO también debe reconocer su parcialidad política. En los próximos años, debido a las desastrosas consecuencias de la Operación Protective Edge, el 2014 seguirá sirviendo como premisa para las ramificaciones sufridas por los palestinos de Gaza. Israel, junto a la comunidad internacional debe ser considerado el instigador. En 10 años, la evolución de Hamas de un movimiento de resistencia a un gobierno habrá sucedido como resultado de la violencia política de Israel y de la necesidad de articular, así como afirmar, una alternativa política. Poner a Hamas de chivo expiatorio con el objetivo de embellecer los informes oficiales es una invitación a Israel a infligir aún más restricciones premeditadas que cumplirán con la predicción de la ONU de un enclave inhabitable.