No hay nada pequeño o insignificante en la decisión que ha tomado esta semana el Ayuntamiento de Dublín de izar una bandera palestina en el Ayuntamiento durante el resto del mes de Mayo. Hubo algunas abstenciones en la votación y muchas protestas -como cabría esperar- del embajador de Israel en Irlanda, Ze'ev Boker, pero estaba claro que había mucha solidaridad y apoyo hacia este movimiento en la capital irlandesa.
La gente por encima de los beneficios: El concejal John Lyons fue quién propuso la moción de izar la bandera, ya que había mostrar solidaridad con los palestinos y recordar los 50 años de la ocupación israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza. También había que mostrar el amplio apoyo de toda la comunidad internacional al pueblo de Palestina. Como tantos políticos antes que él, Lyons trazó paralelismos con el apartheid; De hecho, dijo que la situación para los palestinos es "peor que la que existía en Sudáfrica".
Sin embargo, el embajador Boker no estaba nada de acuerdo y escribió a cada uno de los concejales de la ciudad diciendo que la medida estaba "muy cargada políticamente" y demostraba un enfoque unilateral en el conflicto. Lo que también era revelador en la carta del embajador fue el hecho de que admitió que muchos israelíes que habían viajado a la capital irlandesa para trabajar habían decidido quedarse y convertirla en su hogar.
"Debemos preguntarnos qué tipo de mensaje envía un gesto así a estos israelíes que están orgullosos de llamar ahora a Dublín su hogar adoptivo", escribió Boker. Tal vez tales israelíes han dado la espalda a la llamada "Tierra Prometida" porque prefieren vivir en una democracia pacífica y civilizada donde el Apartheid no existe.
Anne Feeney, concejala de Bellas Artes, propuso un compromiso, en el que tanto las banderas palestina como israelí estarían ondeando durante una semana en Mayo para reconocer el "amplio sufrimiento experimentado por los civiles" en ambos lados del conflicto. Sin embargo, el "sufrimiento" al que se refiere no se refleja en las cifras de víctimas.
Tomemos como ejemplo el número de niños palestinos asesinados por la brutal ocupación militar de Israel. La mayoría de los niños fueron asesinados y o fueron heridos mientras hacían sus actividades diarias normales, como ir a la escuela, jugar, ir de compras o simplemente estar en sus hogares. Treinta y cinco niños palestinos fueron asesinados por soldados israelíes, policías y civiles armados en Cisjordania y Gaza en 2016; y representan un tercio de todos los palestinos asesinados por las fuerzas militares y de seguridad de Israel. En 2014, 315 niños palestinos en la Franja de Gaza fueron asesinados durante la última ofensiva militar de Israel contra civiles en el enclave costero. Dicho de otro modo, se informó a mediados de 2014 de que las estadísticas oficiales revelan que 1.518 niños palestinos fueron asesinados por israelíes entre septiembre de 2000 y abril de 2013; un promedio de un niño muerto cada tres días durante 13 años.
Además, el intento de Feeney de hacer que parezca que el conflicto en Tierra Santa se libra de algún modo entre iguales ignora el hecho de que Israel tiene una de las fuerzas armadas más bien equipadas y activas en el mundo, mientras que los palestinos son una población en gran parte civil que vive bajo ocupación. No sorprende, por tanto, que su moción haya sido rechazada con sólo 11 concejales a favor y 43 en contra. La moción del concejal Lyons, sin embargo, fue aprobada, con 42 concejales a favor, 11 en contra y 7 abstenciones.
Varios concejales votaron en contra de ambas mociones, argumentando que sólo las banderas irlandesa y de la Unión Europea deberían estar en el Ayuntamiento, lo que implica que la injusticia impuesta a los palestinos estaba ocurriendo a miles de kilómetros de distancia y, no tiene nada que ver con Dublín. Esto es intrigante, ya que un rápido vistazo al mapa muestra que Gaza es parte de la orilla del Mediterráneo e incluso podría ser parte de Europa un día. Israel, recuerda, tiene acuerdos comerciales y de investigación favorables con la UE, juega en la liga de fútbol internacional en la UEFA y participa en el Festival de Eurovisión.
Sin embargo, el mensaje que dieron los concejales de Dublín izando la bandera palestina en su sede es claro: los derechos humanos pertenecen a todos, independientemente de dónde vivan en el mundo o cuál sea su etnia.
Por lo tanto, la pregunta que el embajador de Israel debe hacer realmente es por qué tantos ciudadanos israelíes están dejando Israel para vivir en Europa y Norteamérica. Para un país que se basa en la premisa de que los inmigrantes irán allí a vivir en tierras ocupadas, se trata de una situación desastrosa. ¿Puedo sugerir que incluso están comenzando a entender que un proyecto colonial como la ocupación israelí de Cisjordania y Gaza no sólo es insostenible, sino también moral y legalmente inaceptable en el siglo XXI?